Montjuïc despacha las entradas de la gran ilusión perica: la Copa

Montjuïc y los aledaños del Estadi Olímpic vivieron un inicio de semana algo especial. No había partido de fútbol, ni ningún concierto multitudinario. Tampoco se había organizado un espectáculo de motor en el Palau Sant Jordi, ni una feria para los más pequeños. Pero conforme iba desperezandose la ciudad, el entorno del recinto olímpico iba recibiendo más y más gente. "¿Qué pasa aquí?, ¿qué regalan?", se preguntaban un grupo de jovenzuelos italianos más pendientes de su estilo fashion que de saber que era lunes. "Nada, que nos vamos a Madrid la semana que viene. Juega el Espanyol contra el Zaragoza la final de la Copa del Rey. ¿Quereis una entrada?", le respondieron varios aficionados ansiosos por tener los tickets en sus manos.

Faltaban 20 minutos para las diez de la mañana cuando comenzaron a despacharse los billetes. Los de la final. Nervios, emoción, ansiedad e ilusión. Mucha ilusión. Esas eran algunas de las sensaciones que tenían la mayoría de los centenares que se acercaron ayer a las taquillas del Olímpic. "Ganaremos por claro 3-0", gritaba Guillem Mateu con su entrada ya en la cartera. "Me conformo con uno y de penalti. Y si es injusto, da igual", le replicaba Xavi Abad , su compañero en la cola.

El primero, Ismael. Llevaba desde las siete de la mañana haciendo cola. No había hecho una reserva, pero su españolismo le impulsó a madrugar. Aparcó su taxi cerca de las taquillas y se armó de paciencia. La historia es la de Ismael Tovar, un aficionado de Santa Coloma y fan de su paisano Raúl Tamudo. "Él hará el gol de la victoria", vaticinó.

Son las entradas de la ilusión, las de la Copa del Rey. Ayer por la tarde llegó el primer recuento oficial: se han retirado 7.000 de las 20.000 reservadas, mientras que se han vendido 1.000 nuevas.

Un fin de semana de locos en las oficinas del club

Los empleados del club llevan varias semanas organizando la distribución de las entradas para los peñistas y los aficionados. Todos están colaborando, pero lo cierto es que responsables y trabajadores del área de taquillas, unidos a los de comunicación y markerting no pararon durante todo el fin de semana. Hubo quien apenas durmió por que todo fue como fue: perfecto. Esto también tiene que valorarse en un club que sigue creciendo a diario.