Tarradellas quiso dimitir, pero Dani no se lo aceptó

Sebastián Javier estuvo muy cerca de arrojar la toalla y de lanzar por la borda toda la ilusión que tenía puesta en el españolismo. Cansado y agotado de ser el blanco de todas las críticas, el empresario inmobiliario de Blanes meditó presentar la dimisión el pasado lunes y la hizo efectiva, aunque el presidente Dani Sánchez Llibre no se la aceptó. Para el máximo mandatario la figura de Javier (para él, Tarradellas) es imprescindible en el actual modelo de club, por lo que después de hacerle razonar, decidió dar marcha atrás a su idea inicial.

¿Por qué se quedó y no renunció a su cargo? Muy sencillo. El feeling entre los dos es muy bueno y Javier sabe que Dani no se puede quedar sólo en estos momentos, más después de la pasada Junta de Accionistas en la que el presidente recibió el apoyo de la mayoría del accionariado del club. Una de las cosas que más ha valorado el actual vicepresidente y responsable del área deportiva es el bien del Espanyol, anteponiéndolo a los intereses personales. En estos momentos, el Espanyol es la principal preocupación, más que cualquiera de las obras que esté negociando.

Silencio.

Una de las cosas que quiere hacer Sebastián Javier en estos momentos es seguir trabajando para el club, pero desde el silencio. Quiere mantenerse al margen y aceptar los consejos de Dani, su mentor. Para comenzar cambió su número de teléfono y no quiere atender a nadie. Ese es un paso hacia el anonimato.

Hizo una fuerte inversión de dinero

Hace un tiempo, Sebastián Javier comenzó a sorprender al españolismo adquiriendo el patrocinio de los pantalones del primer equipo y luego conviertiéndose en uno de los principales anunciantes del club, luciendo la marca de su empresa, Finques Tarradellas, en el frontal de la camiseta. Pero el pasado verano se destapó invirtiendo en futbolistas para el primer equipo. Participó en la compra de Eduardo Costa y adquirió en propiedad los derechos de Luis García, aunque éstos los cedió al club. Ahora asegura que ha estado ahorrando durante el invierno para poder fichar futbolistas el próximo verano, aunque es una cosa que tampoco le quita el sueño.