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Primera | Celta 1 - Real Madrid 2

Robinho eleva al Real Madrid

El Real Madrid sigue en racha, apoyado en un Robinho que se parece cada vez más a sí mismo. El brasileño apareció cuando peor lo estaba pasando su equipo para marcar un gol y protagonizar después la jugada que dio origen al de Cicinho.

Actualizado a
<B>AMIGO DEL BALÓN.</B> Robinho volvió a ser determinante y protagonizó las acciones de los dos goles del Madrid.
AMIGO DEL BALÓN. Robinho volvió a ser determinante y protagonizó las acciones de los dos goles del Madrid.LALO VILLAR

El equipo que entrena López Caro no necesitó un juego brillante para imponerse al Celta, más lúcido en la circulación del balón, sobre todo en los primeros 45 minutos, pero que terminó pagando su falta de acierto ante Casillas y se fue a los vestuarios lamentándose por un gol fantasma que Teixeira Vitienes no concedió. La acción fue muy confusa, pero pareció gol.

La salida del Celta fue impresionante. Tocando y tocando, con rapidez e inteligencia, el conjunto vigués borró del campo durante el primer cuarto de hora al Real Madrid, incapaz de salir de su campo, apabullado por un rival, dirigido de forma magistral por Oubiña, que le escondió el balón y le hizo sufrir como sufría el Madrid cuando López Caro todavía no se sentaba en su banquillo.

En los primeros cinco minutos el Celta disfrutó de tres buenas ocasiones. Núñez y Silva no acertaron con el gol y Canobbio, en una oportunidad clarísima, fue incapaz de superar a un inmenso Casillas en el mano a mano. Roberto Carlos rompió el fuera de juego y Canobbio, solo, sin nadie que le persiguiera, avanzó con rapidez hacía la portería del Madrid, pero se le hizo de noche cuando se encontró ante Iker. Una parada para demostrar a los que alguna vez dudaron de Casillas que continúa siendo el más grande bajo los palos.

Insistió el Celta y poco después reclamó un inexistente penalti de Sergio Ramos a Javi Guerrero. El sevillano rozó levemente a Guerrero y éste se dejó caer con descaro para probar la comodidad del césped de Balaídos. El Celta no se cansaba de romper la línea defensiva del Madrid y lo hacía con enorme facilidad, con balones cruzados a la espalda de los zagueros. Cuando se miden dos equipos técnicos, el que es capaz de imprimir un ritmo alto en la circulación del balón tiene mucho ganado. El Celta lo hizo a la perfección en la primera parte y el Madrid lo pasó mal. Sin la pelota el Madrid asusta mucho menos.

Pero aunque no tenga el balón, al Madrid siempre le quedará el talento y éste apareció a los 17 minutos. Guti encontró a Baptista en el borde del área, José Enrique en el intento de despejar mandó el balón a Robinho y éste marcó con tranquilidad. Otro gol más del brasileño, que está en racha y apenas había aparecido hasta entonces. Los jugadores del Celta recriminaron a los del Madrid que en el inicio de la jugada no hubieran tirado el balón fuera, porque Jorge estaba caído en el suelo. Todas las opiniones son igual de respetables, pero el árbitro es quien debe parar el juego y si no lo hace, el partido debe continuar. Primer tiro del Madrid y primer gol.

Casillas volvió a aparecer para despejar de puños un tiro de Javi Guerrero, pero no pudo hacer nada poco antes del descanso, cuando Núñez combinó con Ángel y el centro de éste encontró solo dentro del área pequeña a Lequi, un central vestido de delantero centro, que cabeceó sin oposición para equilibrar el resultado. Es lo menos que merecía el Celta para irse a los vestuarios.

Córner del Celta; gol del Madrid

El descanso no sentó nada bien a los de Fernando Vázquez, que perdieron la velocidad con la que se había movido en la primera parte y permitieron que el Madrid se hiciera con el control del balón y del partido. Y como sucedió contra el Betis, en un córner del Celta llegó el segundo gol del Madrid. Baptista salió con rapidez al contragolpe, conectó con Robinho, que desbordó por rapidez y habilidad a su marcador pero falló ante Pinto. El rechace lo aprovechó Cicinho, que acompañó la jugada como si fuera un extremo, para marcar a puerta vacía.

Con esta ventaja y el juego controlado, la media hora restante se presentaba cómoda para el Madrid, más aún con la falta de ritmo con la que afrontó el Celta la segunda parte. Pero una acción aislada revolucionó el encuentro y encendió a los jugadores del Celta, a su técnico y al público. Un centro de Silva desde la izquierda se envenenó hasta superar a Casillas y estrellarse en el segundo palo. El balón salió rebotado hacia dentro de la portería y pareció superar la línea de gol antes de que golpeara en Casillas, que acabó despejando. En la siguiente acción Canobbio mandó el balón al palo. En el choque de la primera vuelta en el Bernabéu el Celta ganó por un gol que no fue. En Balaídos no le concedieron uno que a primera vista sí era legal.

A partir de ahí el partido se convirtió en un sufrimiento para el Madrid, encerrado en su campo y que apenas consiguió superar el centro del campo. Lo hizo una vez y casi marca. Zidane dejó con la cabeza un balón muerto a Cassano, que no acertó a batir a Pinto en el uno contra uno. Con esa acción se terminó en ataque el Madrid hasta que en el tiempo añadido volvió a aparecer Robinho para obligar a Pinto a despejar a córner.