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Galardón | Balón de Oro

El Balón de Oro avala el cambio de ciclo

La coronación de Ronaldinho refrenda el poder actual del Barça.

Actualizado a
<b>DE ORO. </b>Ronaldinho, con el trofeo que le acredita como el mejor futbolista del mundo.
pepe andrés

Ronaldo de Assis Moreira, Ronaldinho (Porto Alegre, 21 de marzo de 1980) ganó ayer el Balón de Oro 2005 que le corona como el mejor jugador de Europa (la votación de France Football está limitada a los futbolistas que juegan en el viejo continente) y recogió el preciado trofeo en L'Espace Cardin, en la plaza de la Concordia, en París, rodeado del resto de los que le precedieron en tal honor, excepción hecha de Ronaldo, Van Basten y Gullit, que excusaron su presencia por distintos motivos.

Ronaldinho ha sido el ganador con un total de 225 puntos, por los 148 de Frank Lampard, Chelsea, segundo clasificado, y de los 142 de Steven Gerrard (Liverpool), tercero. Detrás de ellos una larga lista con Henry (Arsenal) y Shevchenko (ganador en 2004) en quinta posición delante de Maldini (Milán).

Con la entrega del Balón de Oro a Ronaldinho se confirma el cambio de ciclo, el traspaso de poder del Madrid al Barça.

Ronaldinho llegó al Barcelona procedente del París St Germain, que lo había comprado a bajo precio al Gremio de Porto Alegre, el club de su ciudad. Llegó al Barça, aunque tuvo una oferta para jugar en el Real Madrid. No lo hizo porque no estaba dispuesto, tal y como le solicitó el club madrileño, a seguir un año más en el PSG, donde tenía serios problemas con el entrenador, Luis Fernández. Sandro Rosell, ex vicepresidente del Barcelona, consiguió su fichaje apoyado en la amistad que le unía con el crack desde sus tiempos de director de relaciones con los deportistas en la firma Nike. Rosell y Pepe Costa, otro empleado de Nike amigo del jugador, lograron llevarlo hasta la Ciudad Condal la misma temporada que el Madrid, que lo tuvo a tiro, optó por fichar a Beckham convencido del poder mediático y de la fuerza comercial del jugador inglés. Con Ronaldinho el Barça encontró su Di Stéfano. El brasileño les sacó de la sequía como el argentino, hace ya 50 años, sacó de la suya al Madrid.