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Primera | Barcelona

Rijkaard a Laporta: "O se va Rosell o no renuevo"

El técnico no perdona a Sandro que contactara con Scolari en 2004

<b>BRINDIS. </b>El miércoles por la noche, el Barcelona brindó por la Liga. Todos esbozaron una sonrisa menos Rosell. ¿Por qué será?
enric fontcuberta

Una de las cosas que más ha sorprendido de Frank Rijkaard es su saber hacer en los momentos más complicados. Con un rostro serio y un talante tranquilo, el entrenador holandés se ha metido a todos los aficionados y al mundo del fútbol en el bolsillo. Y eso le gusta. Le encanta que tengan ese concepto de él, aunque aseguran los que le conocen bien que no es oro todo lo que reluce. Hace unas semanas, el entrenador campeón de Liga le dio un ultimátum a Joan Laporta, presidente del club. "O se va Sandro Rosell (vicepresidente deportivo, que hace meses que tiene hechas las maletas) o no renuevo mi contrato con el Barcelona". ¡Toma castaña! Y es que Rijkaard nunca le perdonará a Rosell que la pasada temporada contactara con Luiz Filipe Scolari, actual seleccionador de Portugal, para que tomara las riendas de un equipo que iba dando bandazos por el campeonato español.

Sea como fuere, parece que Rijkaard tiene ganada la confianza de Laporta, que suspira por ver fuera del club (y cuanto antes mejor), a Sandro Rosell, el hombre que trajo al Camp Nou a Ronaldinho Gaúcho y a Deco, dos de los hombres más importantes del equipo esta temporada, cosa que podría generar un grave conflicto dentro del vestuario, puesto que ambos jugadores harían lo que fuera por estar cerca de Rosell.

Otro lío más en los despachos del Camp Nou. Las apariencias engañan y Rijkaard no va con tonterías. Quiere fuera del club todo lo que pueda perjudicarle y Rosell puede ser una piedra en su camino. Él y Laporta sabrán lo que hacen.

Siempre al lado de su amigo Ronaldinho

Este verano hará dos años que Ronaldinho Gaúcho fichó por el Barcelona. Desde que llegó, el internacional brasileño se ha mostrado muy unido a uno de sus mejores amigos, Sandro Rosell. El pasado miércoles, en la fiesta privada de celebración por la consecución del título de Liga (¿habrá sido la última?), se hizo una foto de recuerdo entre los capitanes y los ideólogos del equipo. Rosell y Ronaldinho no se separaron ni un sólo instante y al vicepresidente no se le escapó ni una sonrisa, lo que delata que hubiera preferido estar con otra gente. Las horas de Rosell en los despachos del Camp Nou parecen contadas. Le han hecho la cama y él hace tiempo que lo sabe. En pocas semanas, el vicepresidente podría anunciar que deja el club.