Nadie en Pekín esperaba a Laporta y a sus hombres

Se fue Joan Laporta y parte de sus hombres de confianza sin decir ni mu el pasado miércoles. Nada más montarse en el avión que tenía que trasladarles a Pekín, se dedicaron a filtrar la noticia a sus medios más afines. Como siempre. Desaparecieron del mapa como si nada, con la idea de firmar un suculento contrato que trate de refresacar la caja fuerte del Camp Nou, que hace muchos años que está más seca que la mojama.

Se fueron a la otra punta del mundo convencidos de ir a firmar un suculento contrato y para ser la primera Junta que acabará con la virginidad de la azulgrana, después de que más de una decena de multinacionales se negaran a imprimir su logo en el frontal de la camiseta culé. En principio, y por lo que han hablado sottovoce miembros de la junta culé, el contrato será por cinco años a razón de 20 millones de euros por cada una de ellas, aunque eso está por ver.

Llegada. Hasta ahí la historia tiene su lógica y sentido. Pero lo fuerte sucedió cuando Laporta y sus satélites llegaron a Pekín. ¡Nadie les estaba esperando! Según anunció ayer la agencia EFE, la Federación de Fútbol China y BOCOG (Comité organizador de los juegos de 2008) no pudieron confirmar los contactos entre sus entidades y el Barça, asegurando que desconocían cualquier visita de Laporta. "El acuerdo son sólo puros rumores. No tenemos ninguna información al respecto", aseguró una funcionaria del BOCOG.

Además, Laporta se encontró con otra desagradable sorpresa, puesto que en China se viven unos días de festividad, ya que aún se está celebrando el primero de mayo.

En principio, se habla de un acuerdo para los próximos cinco años, aunque una pregunta queda en el aire. ¿Por qué tanto tiempo si en tres años y medio los Juegos Olímpicos ya se habrán acabado? La respuesta podría tener una cierta lógica si nos paramos a pensar que desde las oficinas del club azulgrana también se haya trabajado con la posibilidad de que Turismo de China esté interesado en anunciarse en la camiseta del Barcelona. Más madera. Lo que parece claro, si no vuelve a pasar nada extraño en las próximas horas, es que después de 106 años de historia el Barça manchará su camiseta.

El soci, como no podía ser de otra manera, acabará tragando la decisión de la junta, al igual que con la subida de los abonos que se vivió el pasado verano o la posibilidad de que se haga un carnet especial de pago para poder asistir a los partidos de la Champions League, cosa inédita en el Barcelona.

Laporta y los suyos están en China tratando de hacer historia. A ver si ahora vuelven con un contrato o explican un rollo. De primavera, evidentemente.

Descartan la gira por EEUU

Los miembros del staff técnico de mercadotecnia del Barcelona no paran de cambiar los planes del primer equipo para el próximo verano. En principio todo hacía indicar que el Barça de Frank Rijkaard daría la vuelta al mundo, viajando a China, Corea, Estados Unidos y México. Pero no. Ahora parece que los azulgrana sólamente se moverán por tierras chinas, después de que se desestimara la posibilidad de estar presentes en el continente americano. Uno de los principales ganchos para ir a México era el tirón que tiene Rafa Márquez y Maribel Domínguez, Marigol.