Sospechas de fraude en los comicios de la Federación Catalana

Las elecciones por la presidencia de la Federación Catalana acabaron siendo una jornada interminable. Al término de esta edición no se conocían los resultados, a pesar de lo cual Jaume Roura, el anterior presidente, se había autoproclamado ganador... ¡sin saber el escrutinio! Sin embargo, a falta del recuento en Barcelona, Roche aventajaba en 68 votos a su oponente a falta de conocer los votos de Barcelona, la provincia con más sufragios (790).

El caso es que la jornada fue para recordar. Triste. El día de ayer quedará en los anales de la historia como la lucha por el poder. Se vio de todo. Un sistema electoral más antiguo que la prehistoria hacía que la delegación de voto fuera determinante. Y los números no fallaron.

A las ocho de la tarde, cuando se dieron los datos oficiales de participación, se conoció que el fútbol catalán tenía ganas de pronunciarse. El 91'4 por ciento de las personas con posibilidad de voto hicieron valer su derecho, es decir, 1.270 clubes de Cataluña. Y ahora viene lo más escandaloso: de estos, 299 fueron máximos dirigentes, 64 presidentes no censados y 907, sí, ¡907!, fueron votos delegados.

¿Qué es un voto delegado? Muy sencillo. Es una concesión realizada por un club a un socio de una misma entidad para que deposite la papeleta de la candidatura elegida. ¿Se pueden hacer trampas? Evidentemente, pero aseguraba la Junta electoral que el tema estaba controlado, puesto que en caso de duplicidad, el voto quedaba inmediatamente anulado.

Además, una de las cosas que juega en contra de todo esto es la falta de privacidad, ya que en la mesa electoral se podía saber a qué candidato habían votado los clubes. Los presidentes de mesa tenían una lupa con la que podían observar, en caso de duda, si los sellos, las firmas o los tampones estaban escaneados, en vez de ser originales, como exigen las normativas.

Las sospechas se sucedieron durante toda el día. En Barcelona, por ejemplo, cientos de personas desfilaron con un sobre que depositarían luego en la urna. Los votos eran para la candidatura de Jaume Roura. "Me han dado 18 euros por hacerlo", reconoció una joven. Por explicarles otra historia, un hombre con delegación de voto del Gironella, quiso votar en Girona, cuando la que le correspondía era Barcelona. Y así, casos para hacer un libro.

El resultado electoral tendrá también una incidencia directa en la Española, porque Roura apoya a Villar.

Llegaron jóvenes en autocares

Lo más preocupante de la jornada electoral de ayer es que cientos de clubes catalanes enviaron a jóvenes para que emitieran sus votos delegados a favor de Jaume Roura, que respalda a Ángel María Villar, y a cambio de emolumentos de entre 18 y 36 euros. Como se pudo comprobar en la sede de la Federación Catalana en Barcelona, muchos de estos jóvenes ni siquiera sabían a qué club representaban o dónde estaba el campo de su supuesto club.