Rijkaard pasa de Cruyff

Zona mixta del Camp Nou. Hace un rato que acabó el partido benéfico con el que la FIFA lava su conciencia en relación con el tsunami y, de paso, recauda unos ocho millones de euros que sería bonito saber en detalle adónde van a ir a parar. Aparece Frank Rijkaard, que por una vez no habla en la sala de prensa después de un encuentro disputado en casa del Barça. Tras los tópicos de rigor, esta vez acerca del orgullo de participar en una manifestación solidaria, etcétera, el entrenador del Barça afronta asuntos de mayor actualidad referente al club. Y surge de inmediato el nombre de Johan Cruyff, por su artículo del lunes en un diario barcelonés, en el que advertía de que el Barça puede tirar la Liga, porque no juega a nada.

Dice Rijkaard: "Cada día alguien habla del Barça, y cuando Johan dice algo se crea un caso y todos los periodistas vienen corriendo a preguntarme. Entiendo lo que quiere decir, pero estamos trabajando y sabemos que hay que aguantar hasta el último momento". Y añade, más claro aún: "El caso que quiera crear el entorno me deja indiferente. No me afecta mucho".

O sea, Rijkaard, que es el entrenador a la luz pública, pasa de lo que diga Cruyff, que es el entrenador en la sombra, también conocido por el amigo invisible. relajado y mesurado de siempre, Rijkaard ha apartado con el brazo a quien todavía es una referencia para buena parte del barcelonismo. Y para Joan Laporta, que, diga lo que diga Cruyff, no se atreve a contradecirlo. Aunque se contradiga.