La amenaza del Barça, y de Etoo

La fascinación que me produce ver jugar al Chelsea es sólo comparable a la sensación que me causa el calendario Pirelli. Les ves jugar y nos sabes si quedarte con el 2 o con el 9, porque todos son buenos. Lo mismo que con las chicas de las calendas, que no sabes si te priva más la que ilustra el mes de febrero o la de agosto. Pero luego, en un estudio más detallado, eliges un favorito y una favorita. En el Chelsea, para mí, es Drogba, y en el calendario Pirelli, la moza de junio. Me quedo con Drogba porque es de esos delanteros que hace goles en parado y en movimiento, como ayer. Y me quedo con la chica de junio, a la que no he visto moverse, porque es mi tipo, y no doy más pistas.

Promete mucho la eliminatoria de Champions entre el Barça, que también fascina, y el Chelsea. Son dos de los equipos que tienen, hoy por hoy, galácticos de verdad. Robben metió ayer un golazo y dio la jugada de otro, que empujó Drogba quien terminó haciendo dos. Parece que, mientras que en el Madrid-Juve de saltar algo serán chispas (o liebres, visto que Gravesen dice que el manto del Bernabéu está lleno de agujeros) en el Barça-Chelsea se pueden ver no ya estrellas, sino constelaciones. Y también, seguro, el próximo Balón de Oro de África, el oro negro que, esta vez, tiene dos aspirantes: el liberiano Drogba y el camerunés Etoo.