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Miguel Ángel Lotina

"Queremos darle bola a Jonathan y a Héctor"

La semana pasada, Miguel Ángel Lotina se puso en contacto con AS. Tenía ganas de sentarse y charla con tranquilidad. Y lo hizo. Se destapó, habló, rió y reflexionó. Se lo pasó bien. Ahora sabe que en la cantera hay recursos suficientes para poder aportar al equipo las necesidades que tiene.

Miguel Ángel Lotina.
enric fontcuberta

De entrada y sin respiro, ¿hay lío con Iván de la Peña?

Para nada. Él es un jugador muy importante para el equipo, tal y como he dicho en más de una ocasión. Sólo piensa en ganar, ganar y ganar, y ese espíritu es el que quiero que se respire en mi vestuario.

Diez partidos, diecisiete puntos, quintos clasificados. ¿Está saliendo todo como estaba previsto?

Eso nunca se puede decir. Lo único que tengo claro es que en el Espanyol puedo exponer todo lo que quiero. Hasta el momento, las cosas están saliendo muy bien, pero somos conscientes de que todo puede cambiar de un momento a otro. No hago cálculo alguno y sí que voy al día. Siempre lo he hecho así.

A los jugadores se les ve contentos.

¿Usted cree? No creo que todos sientan lo mismo. La plantilla se ejercita durante la semana para jugar el sábado o el domingo. Y a los que no entran en la lista o ven el partido desde el banquillo, les debe picar.

¡Como a Maxi Rodríguez!

Por ejemplo.

¿Respondió como esperaba?

Siempre he pensado que es un jugador interesante. Sabe lo que tiene que hacer y además parece que está aliado con el gol.

Sí, pero él no se cansa de repetir que no es su especialidad.

Mientras los vaya haciendo, no nos quejaremos.

Es decir, que usted quiere que explote esa virtud.

Por ejemplo. No es la primera vez que hago que un jugador se encuentre cómodo en una posición que no es la suya.

¡Explíquese!

El caso es el de Iván Campo. Cuando llegó al filial del Logroñés siempre jugaba de mediocentro, al igual que Quique Romero (Depor). Cuando comenzaron a ejercitarse en el equipo, los dos fueron reconvertidos al eje de la defensa. Hicieron partidos muy buenos, pero en otros también se lucieron (ríe).

Es decir, que le hicieron alguna que otra faena.

Sí, pero eso es normal. En el fútbol de formación siempre tienes partidos que parece que te salgas, aunque luego acaban poniéndote los pies en el suelo. Una de las cosas que recuerdo fue el precio por el que vino Iván Campo a Logroño. Lo hizo por 120 euros al mes, además de los libros de estudio y el alojamiento.

¿Ha cambiado mucho el fútbol?

Muchísimo. Mire, le pondré un ejemplo. Antes, cuando era jugador y el equipo perdía un partido, éramos incapaces de entrar en el autocar y mirar la cara del entrenador. Sabíamos que nos podía caer una gorda. Ahora, en cambio, si a un futbolista no le ha gustado alguna cosa del partido, te lo acaba comentando.

¿Alguna explicación?

Sí. Cada vez, los jóvenes son más descarados y en el fondo, el fútbol es un reflejo de la sociedad.

¿Entiende que los niños quieran imitar a los profesionales?

No es que lo entienda, es la realidad. Hay cosas que me gustan, pero otras, no.

¿Qué es lo que le agrada?

Que traten de comportarse como un futbolista en el terreno de juego. En ese aspecto sólo trato de quedarme con las cosas buenas. Hay otras, como cuando se enfrentan a un rival o al colegiado, que no son bonitas.

¿Y lo que más le disgusta?

Eso de que vayan teniendo representante tan jóvenes.

¿Cree que eso es culpa suya?

No. A los padres siempre nos gusta que nuestros hijos hagan cosas interesantes y que su esfuerzo sea reconocido. Lo que no es normal es que un chaval de 12 años tenga representante y que los padres alardeen de eso.

Pero tiene que trabajar todo el mundo y los agentes tienen su peso en este mundillo.

Y no lo critico por los representantes, que yo también tengo, deben buscarse la vida.

Del Celta que usted metió en Champions League y del actual Espanyol, ¿se puede hacer alguna comparación?

Pocas. Este Espanyol puede jugar con varios sistema y aquel Celta sólo podía hacerlo de una manera: tocando el balón.

¿Su equipo interpreta bien lo que usted les pide?

¿Tácticamente?

Por ejemplo.

Mire, ese es uno de los aspectos en el que más debe utilizarse la inteligencia.

Eso suena muy filosófico.

Pues apunte, que es la realidad.

¿Tiene muchos amigos en el mundo del fútbol?

Algunos. Hablo bastante con Juanma Lillo o con Paco Herrera, el ayudante de Rafa Benítez en el Liverpool.

Allí están bien.

Más que bien, tranquilos. Los dirigentes del Liverpool les dijeron que hicieran la suya poco a poco. En tres años no les exigen títulos, aunque ellos apretarán por conseguirlos.

Volviendo a casa, ¿sigue el juego de la cantera?

Sí, pero me gustaría poderles ver más veces.

Hasta el momento ha contado poco con ellos.

Bueno, eso no quiere decir que no lo vaya a hacer.

¿Lo dice por Jonathan?

Y por Héctor Simón. Me está gustando mucho su progresión. Tenemos en la cabeza darles bola en poco tiempo.

¿Cree que Óscar Serrano está pasando por un mal momento?

No. Sigue teniendo una velocidad que sorprende a todo el mundo. Está yendo cada día a más. Debemos tener mucha paciencia.