El fútbol ofensivo no tuvo el premio del campeonato

La República Checa, que se metió en el corazón de los aficionados por ser la más atractiva de ver, no obtuvo el premio del título. Todos los encuentros que disputó fueron de ida y vuelta, jugados a un ritmo espectacular que sus rivales, salvo los griegos en semifinales, no pudieron parar. Chequia está en las primeras posiciones de los parámetros que identifican a los equipos que juegan al ataque, pero su fútbol rápido y vistoso tampoco fue capaz de desarbolar a los griegos. Los checos fueron los máximos goleadores del campeonato empatados a diez tantos con los ingleses, fueron la cuarta selección en remates: ochenta y siete y diecisiete por partido de media. También fue cuarta en en disparos que fueron entre los tres palos.

La que no sale muy bien parada con los números en la mano es España, sobre todo en lo que se refiere a la producción del juego ofensivo. En los tres partidos que disputaron los jugadores de Sáez, sólo sumaron treinta remates, lo que sitúa a España como la quinta peor selección de esta Eurocopa. Los datos que se refieren a la puntería tampoco son muy alentadores, pues sólo ocho disparos fueron entre los tres palos. Dos goles en contra y dos a favor también explican el papelón realizado por España en Portugal.