Eurocopa 2004 | Mercado de fichajes
La bolsa de la Eurocopa entra en plena ebullición
EN ALZA
V. Nistelrooy: Míster gol sin discusión
Es en los goles imposibles donde se aprecian las virtudes de un nueve. Nadie dudaba de Van Nistelrooy, pero su tanto ante Alemania le ha vuelto a elevar sobre el resto, colocándole como el mejor delantero de Europa. En el Mánchester se frotan las manos. Si ayer valía 10 hoy cuesta 20.
Ballack: El regreso del mariscal
Con la cabeza levantada y su larga zancada, muchos alemanes quisieron ver en Ballack al nuevo Beckenbauer. El tiempo y su rendimiento frenaron la euforia, pero el talento de Ballack sigue intacto. Ante Holanda hizo un encuentro perfecto. Su precio sigue subiendo y el Barça no dispara.
Larsson: Viejo pero insaciable
"Ante Bulgaria me sentí viejo", dijo Larsson nada más terminar el partido. Menos mal. Porque sus dos goles ante Bulgaria le colocan más que nunca en la cúspide del mercado. Sin equipo y a sus 32 años, Larsson ha demostrado que el fútbol no se olvida: el que fue nueve, nunca será nueve y medio.
Vicente: La zurda más extrema
Con el fútbol maniatado por los sistemas y los enjuagues de pizarra, Vicente reivindica más que nadie el éxito de los extremos: pegado a la izquierda, ofrece desborde y profundidad. De momento le ha dicho no a la ampliación de contrato ofrecida por el Valencia. Lo mejor de España en Portugal.
Dellas: El muro de Grecia
El éxito de Grecia en esta Eurocopa se basa en buena parte en su sistema defensivo. Ante Portugal y España, Dellas exhibió colocación y rotundidad, cualidades que le llevaron al Roma y que parecían olvidadas. Su actuación ha reactivado su precio. Si Grecia sigue así es en parte a él.
Hamann y Ballack acabaron con su espíritu indomable en apenas 45 minutos. Ante Alemania, Davids perdió parte del cartel que había ganado en el Barça: cuando el fútbol es más que correr, Davids se estanca: en sus pies nunca estuvo el virtuosismo.
Con media Italia hablando de su liderazgo y de su posible fichaje por el Madrid, Totti decepcionó ante Dinamarca. Ni mandó ni disparó. Se le vio más pendiente de sus extensiones que de su fútbol, excelso en su antideportividad: patadón a Henriksen y escupitajo a Poulsen.
Desde que ganó el Balón de Oro en 2001, Owen parece haber perdido parte de lo que le llevó a ser el mejor de Europa. Ya no sorprende como antes. Ante Francia no acabó el partido y mucha gente pone en duda el supercontrato que le ofrece el Liverpool: 7 millones de euros.
Con el fichaje de Kaka, Rui Costa salió disparado de las alineaciones de Ancelotti en el Milán. En Portugal, le salvaban los galones y su amistad con Figo. Tras el descalabro ante Grecia, Rui Costa desapareció del once ante Rusia, aunque entró luego y acabó marcando.
Desde que la Juventus empezó su particular batacazo en la Liga italiana y en la Champions, Nedved ha dejado de ser el mismo. Se esperaba su recuperación en la Eurocopa como actual Balón de Oro, pero ante Letonia apenas apareció. Debe ofrecer mucho más.
Ganar a Portugal y empatar ante España es más que un éxito. Rehhagel le ha dado a Grecia el éxito desde lo práctico.
Scolari ya fue discutido sin empezar la Eurocopa. El descalabro ante Grecia terminó por sentenciarle. Mucho que hacer.
En su última competición como pareja de técnicos, la dupla Soderberg-Lagerback le sigue dando a Suecia buen juego y éxito.
Anunció antes de la Eurocopa que se iba al Tottenham y las críticas le llovieron. Ante Inglaterra, Zizou le salvó de otro aluvión.