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Mundial | Árbitros

El Mundial de los escándalos arbitrales

El Mundial 2002, independientemente de quién lo gane, será recordado por las desafortunadas actuaciones de los árbitros, que han condicionado el desarrollo del torneo.

ÓSCAR GARCÍA / PRISACOM
<b>GHANDOUR.</B> La actuación de Ghandour en el España-Corea es sólo una muestra de lo mal que están actuando los árbitros en el Mundial.

La impresión que deja este Mundial es que algunos de los cuatro semifinalistas no han llegado ahí por su juego, ni por merecimientos propios, sino por la voluntad de los árbitros, que han ido dirigiendo a su antojo el desarrollo del campeonato. Corea, Brasil y Alemania deben su condición de semifinalistas, en otras cosas, a los errores arbitrales.

Brasil empezó a recibir favores el mismo día de su debut. Ganó a Turquía con la inestimable ayuda del colegiado coreano Kim Young Joo, que señaló como penalti una falta de Alpay a Luizao fuera del área. Además, el central turco fue expulsado, como ocurrió poco después con su compatriota Hakan Unsal, que vio la tarjeta roja por golpear a Rivaldo con el balón en una pierna, aunque el jugador del Barcelona simuló una agresión en la cara. La FIFA pretendía que éste fuera el Mundial del Fair Play, pero la actuación de Rivaldo sólo mereció una sanción económica.

Cuando los ecos de este partido ya se habían apagado apareció el jamaicano Peter Prendergast para tender una mano a los brasileños en octavos de final, contra Bélgica. Cuando el resultado era 0-0, Prendergast anuló, por presunta falta a Roque Junior, un gol al belga Wilmots. Brasil terminó venciendo 2-0.

Generosos con los anfitriones

Las ayudas a Brasil se quedan en nada si se comparan con la recibidas por Corea del Sur, que se ha beneficiado de su condición de anfitrión. En octavos de final la víctima fue Italia, a la que el ecuatoriano Byron Moreno anuló en la prórroga un gol, por inexistente fuera de juego, de Tomassi. Antes había expulsado rigurosamente a Totti por entender que había simulado un penalti.

Los italianos dejaron el Mundial indignados, ya que no era la primera vez que se sentían perjudicados. En la primera fase perdieron 2-1 ante Croacia después de que el inglés Graham Poll les anulara dos goles, a Vieri e Inzaghi, por entender que los habían marcado en fuera de juego. El vídeo demostró que Poll se había equivocado.

Los favores a Corea del Sur alcanzaron su máximo esplendor contra España, en cuartos de final. Los coreanos ganaron en los penaltis después de que el egipcio Gamal Ghandour hubiera anulado dos goles a España. El primero a Baraja por no se sabe qué y el segundo a Morientes, por entender que el balón, antes de que centrara Joaquín, había salido por la línea de fondo. La vista le falló a Ragoonath, el asistente de Trinidad y Tobago, ya que la pelota nunca llegó a rebasar la línea. España para casa y Corea en semifinales.

Alemania, por la mano

Alemania sufrió uno de los peores arbitrajes del torneo en la primera fase. En el decisivo partido ante Camerún, el español López Nieto mostró 16 tarjetas amarillas y expulsó por doble amonestación al germano Ramelow y al camerunés Suffo. Las quejas alemanas por la actuación de López Nieto dieron sus frutos en cuartos de final ante EEUU. Cuando el marcador ya era de 1-0 a favor de Alemania, el árbitro escocés Hugh Dallas ignoró una clara mano de Frings en la línea de gol, cuando Oliver Kahn ya estaba batido.

De esta forma a EEUU le quitaban lo que dieron en octavos de final contra México, cuando el árbitro portugués Melo Pereira no señaló un claro penalti del centrocampista O'Brien, que, en un saque de esquina, despejó el balón con la mano dentro del área.

Ya olvidado queda el error del italiano Pierluigi Collina en el Argentina-Inglaterra de la primera fase. Collina señaló como penalti una inexistente falta de Pochettino a Owen. Beckham transformó el lanzamiento, Inglaterra ganó 1-0 y los argentinos terminaron eliminados.

También en la primera fase, Rusia se vio perjudicada por el alemán Markus Merk, que les hurtó un clarísimo penalti ante Japón cuando el marcador era 0-0. Japón, el otro anfitrión, venció por 1-0 y los rusos se fueron a casa antes de tiempo.

Uruguay, otro de los eliminados en primera ronda, también sufrió la incapacidad de árbitros y asistentes contra Senegal, en el partido en el que se jugaba la clasificación para octavos de final. El resultado fue 3-3, pero muy bien podía haber sido 3-2 a favor de los uruguayos si el árbitro holandés Jan Wegereef hubiera anulado uno de los tantos de los senegaleses, marcado por Bouba Diop en fuera de juego. De haber ganado ese encuentro, Uruguay se hubiera clasificado para octavos.