El estrés no se produce sólo por el trabajo, tanto en exceso como su ausencia. Estar esperando un pago, la llegada de las facturas, no saber qué carrera elegir si es el momento, los exámenes... y ese sentimiento de tensión, tanto a nivel físico o emocional tiene su reflejo no sólo en nuestra salud sino en nuestro cuerpo, en nuestros hábitos y comportamientos.
Te contamos hasta 11 señales que puedes ver de manera sencilla en la gente que está estresada, a muy altos niveles, donde no hace falta llegar al infarto, ni a la taquicardia, y que te indican que debes empezar a cuidarte.
11 señales que indican que tienes demasiado estrés
Acné: no sólo es reflejo hormonal, de cambios, sino también de alteración, tanto a nivel físico como psicológico.
Sudor: puede ser un problema fisiológico, pero también reflejo de nerviosismo y tensión. Aprender a llevar las prendas adecuadas, de algodón, manga corta, abiertas, ayudará a disimularlo si no puedes evitar la situación.
Palpitaciones: que el corazón se acelere ocurre en muchas ocasiones, desde hacer ejercicio, a tener una cita, pasando por exámenes importantes, entrevistas de trabajo etc... Estos momentos son puntuales y hasta normales. Tener palpitaciones constantemente no es normal ni saludable, vigila lo que estás haciendo.
Depresión: sí, estar muy estresado puede causar depresión. No querer salir, evitar el contacto físico con otras personas, aislarte, alejarte lo más posible del trabajo o de la situación que te produzca estrés... Incluso puede llegar a ser paralizante, dormir demasiado, no querer salir de la cama...
Cambios de apetito: desde tener un hambre voraz todo el rato, llegando a comer mal, engordar, tener malas digestiones... que pueden derivar en problemas cutáneos como el acné, pasando por todo lo contrario, no tener hambre, no saber ni qué comer, etc...
Problemas digestivos: tanto comer demasiado como no comer, son consecuencia del punto anterior. Si comes mucho y mal, acabarás teniendo no sólo digestiones pesadas, sino también problemas para conciliar el sueño, para poder ir al baño, para que el cuerpo esté activo... Los dolores de tripa consecuencia de una mala alimentación son constantes. Así como comer poco y mal, cualquier cosa... No es saludable ni el cuerpo tendrá la energía suficiente para afrontar cada día, las necesidades diarias para estar activo. Un cuerpo sin energía no piensa bien. Y ese bloqueo que nace del estómago lleva a no pensar con claridad y sufrir más estrés.
Cambios en la líbido: un estudio relaciona los picos de estrés con ausencia de deseo sexual tanto en hombres como en mujeres. El estrés afecta también al deseo y a la satisfacción.
Disminución de la energía: dormir poco y mal, comer mal, no descansar, son causas directas de una disminución de la energía. El cuerpo necesita esa 'gasolina' para funcionar correctamente, y el cerebro necesita estar al 100 % para que las diferencias luchas del día a día no le afecten de manera negativa.
El estrés hace que aumenten las enfermedades, según un estudio, desde las más simples a las más complejas. Y es que cada vez se estudia más la relación que hay entre el estrés y la inmunidad a muchas enfermedades, vacunas, etc...
Dolor crónico: las molestias físicas y los dolores son una consecuencia de padecer demasiado estrés de manera constante. Dormir mal o en mala postura, no estar estirado completamente, tensión muscular... son causa directa de dolores, molestias y que aumentan la sensación de incomodidad y también de estrés, al parecer que uno nunca se recupera.
Dolores de cabeza. Un clásico del estrés. La tensión física se manifiesta de manera rápida en el dolor de cabeza. De hecho, un estudio relaciona los días al mes que se padece dolor de cabeza, muchos, con los niveles de estrés de esa persona. En Estados Unidos se asocia el estrés que padecen muchos soldados en el frente con dolores de cabeza constantes.