RESCATE

Una senderista resucita tras seis horas en paro cardíaco

Una británica que había salido de excursión con su pareja en una región montañosa catalana sobrevive tras sufrir una hipotermia severa.

Enric Fontcuberta

Audrey es una de esas mujeres que vive de milagro. Ella no recuerda nada pero su marido, Rohan, sabe que estuvo a punto de regresar de aquella excursión con el cadáver de su pareja. Sin embargo, la británica logró sobrevivir a pesar de sufrir un paro cardíaco durante seis horas a consecuencia de una hipotermia de frío y nieve.

La inesperada situación empezó cuando Rohan y Audrey estaban a mitad de una jornada de senderismo desde Coma de Vaca a Nuria el pasado 3 de noviermbre. La mujer empezó a hablar de una manera incongruente y el hombre se extrañó. Al poco tiempo la senderista perdió la consciencia y empezó su lucha por sobrevivir sin que lo supiera. El esposo trató de hacerla reaccionar y al no conseguirlo llamó a los servicios de emergencia. El problema era que desconocía el punto exacto en que se encontraba, la localización de su teléfono no funcionaba y los servicios de emergencia tuvieron que descubrir el punto adivinando el lugar por las fotografías del terreno.

Aunque era mediodía, las condiciones de frío y nieve empezaron a afectar a la mujer. Rohan trató de mantenerla en calor con los consejos de los servicios de emergencia mientras localizaban el lugar.

Paro cardíaco y búsqueda durante dos horas

Dos horas después del aviso consiguieron encontrar a la pareja en un lugar de difícil acceso en el que el helicóptero no podía tomar tierra y los agentes debieron saltar desde dos metros de altura para auxiliar a la pareja. «La primera valoración de Audrey indicaba que la situación era grave. No le encontraron ningún signo vital y le practicaron maniobras sanitarias prehospitalarias», ha recordado Pere Serral, uno de los miembros del GRAE que participó en el rescate. Aproximadamente 45 minutos después del rescate, el Sistema d'Emergències Mèdiques atendía a la mujer con una reanimación constante para mantenerla con vida mientras sufría una hipotermia severa. En una carrera contrarreloj en la que se emplearon dos helicópteros, finalmente Audrey llegó al hospital Vall d'Hebron en una situación milagrosa.«El corazón no tenía actividad eléctrica, no había signos vitales, tenía la piel fría y livideces. Parecía que estaba muerta, pero sabíamos que, en el contexto de una hipotermia, Audrey tenía posibilitados de sobrevivir», ha explicado el doctor Eduard Argudo en una rueda de prensa en el mismo centro sanitario.

«Parecía que estaba muerta, pero sabíamos que Audrey tenía posibilitados de sobrevivir»

Doctor Eduard Argudo

El último paso de la resurrección tuvo en la ayuda de las máquinas un aliado. Se empleó la ECMO,una técnica que se usa en pacientes críticos que sufren enfermedades muy graves respiratorias o cardiológicas para quienes no basta con el apoyo vital convencional. La máquina sustituye temporalmente la función del pulmón o del corazón.

Una descarga eléctrica despierta el corazón de Audrey

Paradójicamente, la salvación de de la montañera se debió en gran parte a que cuando sufrió el desvanecimiento se encontraba en condiciones de frío y nieve en la montaña. «La hipotermia estuvo a punto de causar la muerte a Audrey pero a la vez, también la salvó, puesto que su organismo, y sobre todo su cerebro, no se deterioró. Si hubiera estado en paro cardiaco tanto tiempo con una temperatura corporal normal habríamos certificado su muerte. Pero sabíamos que, con una hipotermia tan severa, tenía una oportunidad de sobrevivir gracias a la ECMO», ha revelado el doctor Argudo. El milagro definitivo se produjo seis horas después del paro cardíaco. «Decidimos realizar una descarga eléctrica para intentar despertar su corazón. Y así sucedió: su corazón volvió a latir de forma autónoma», ha recordado con una sonrisa el doctor Argudo.

«La hipotermia estuvo a punto de causar la muerte a Audrey pero a la vez, también la salvó»

Doctor Eduard Argudo

Seis días después, la paciente recibió el alta del hospital y un mes después hace vida normal aunque ha perdido algo de sensibilidad en las manos por el frío. No recuerda nada. Ni su caída en el bosque. Ni las horas de sufrimiento en parada cardíaca. Pero nunca olvidará que su marido le salvó la vida junto a otros héroes invitados: el Grupo de Actuaciones Especiales (GRAE) de los Bombers de la Generalitat de Olot, dos dotaciones del parque de Ripoll y bomberos voluntarios del parque de Ribes de Freser junto a los servicios médicos que evitaron de manera milagrosa que la mujer muriera.