NUTRICIÓN
Qué deben comer los mayores en verano para evitar la deshidratación
Una dieta donde primen pescado azul, frutos secos, cereales, mucha fruta y verdura fresca, serán claves para cuidar de la salud de los mayores en los meses de calor.
Para combatir de manera efectiva estos estragos del verano, los mayores deben poner especial atención en su dieta durante los meses de calor. Aunque igual que tenemos especial cuidado con los más mayores, los niños y los adultos, deberían tenerlo en cuenta también.
Durante el verano, las altas temperaturas afectan de manera especial a las personas de la tercera edad, ya que tienden a deshidratarse más rápido que el resto de la población, con el riesgo de sufrir caídas y desmayos por el calor. Esta circunstancia se acentúa si el mayor está bajo algún tratamiento médico y toma medicinas que interfieren en su organismo y temperatura corporal.
La dieta de los mayores en verano
El cambio de temperatura fomenta que se disminuya la sensación de hambre y se consuman menos alimentos, pero estos deben estar bien escogidos para que no repercutan en la salud del mayor. Estos deben ser ricos en vitaminas, sales minerales, agua y fibra, para compensar la transpiración corporal y asegurar una diuresis normal.
Los tipos de alimentos indicados para este fin son las verduras debido a que son fáciles de digerir y aportan agua. El pepino, las alcachofas y el pimiento son algunas de las más recomendadas en los menús fríos de verano. También son indispensables los cereales, siendo los más beneficiosos los integrales, como la cebada o el maíz, que no aportan grasas.
Las proteínas también deben de tener su hueco en la dieta de los mayores con el objetivo de garantizar el mantenimiento de la musculatura y la fuerza.
"El invierno suele ser la época preferida de los mayores para consumir proteínas en forma de guisos y estofados, pero con el calor, no apetecen y se pueden cambiar por otras recetas más frescas como ensaladas con pollo frío, pasteles tibios, huevos rellenos de carne o cualquier filete sencillo en la sartén", explica Yolanda Masa, nutricionista de Blua de Sanitas.
Se deben evitar todos los productos excesivamente calóricos como embutidos, quesos curados o la leche entera. Y fomentar el consumo de frutos secos y pescado azul, que aportan ácidos oleicos y Omega3, necesarios para combatir la somnolencia típica de las horas de más calor del día.
El agua, fundamental. Los niveles de hidratación se suelen corresponder con el consumo de 2 litros diarios de líquido. Aunque también son recomendables zumos y batidos, no es aconsejable el consumo de alcohol fuera de las comidas. Todo acompañado de fruta de temporada como postre o tentempié para tener una adecuada alimentación para las personas mayores.
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