CIRUGÍA ESTÉTICA

Rinoplastia: todo lo que debes saber sobre la cuarta cirugía más frecuente

La rinoplastia es, con unas 20.000 intervenciones al año, la cuarta cirugía estética más frecuente en España por detrás del aumento de pecho, la blefaroplastia y la liposucción.

as.com

La rinoplastia es una de las intervenciones de cirugía estética más frecuente en España. Cada año se realizan entre 18.000 y 22.000 rinoplastias, lo que sitúa a esta operación como la cuarta más solicitada por detrás del aumento de pecho, la blefaroplastia y la liposucción. Se trata de una cirugía que se aplica para modificar la forma de la nariz, esculpiendo el cartílago y el hueso nasal.

Además, se encuentra entre las operaciones más complicadas que un cirujano plástico puede realizar debido a que durante el proceso de la intervención se mezclan los aspectos funcionales o respiratorios con los estéticos. Las expectativas del paciente y de qué manera va encajar los cambios en su rostro son otro de los puntos que inciden en la complejidad de esta operación.

"Lo primero que hay que tener en cuenta es que la nariz -igual que ojos y boca- son los rasgos más característicos del rostro de una persona. A partir de aquí, si bien es cierto que, en la mayoría de los casos, los pacientes buscan un fin estético, tampoco hay que olvidar motivaciones de salud. Por ejemplo, hay quien necesita corregir la desviación de un tabique nasal que no le permite respirar con normalidad", explica el doctor Ramón Calderón Nájera, cirujano plástico del Hospital Ruber Internacional y presidente de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) .

"En el caso de un accidente que cause graves daños en el rostro, puede requerir este tipo de intervención. Las operaciones de rinoplastia, como cualquier cirugía de la cara, debe ser contemplada como un todo, con el fin de conseguir armonía facial y un resultado natural", añade el doctor Carlos Gullón Cabrero, socio fundador de la clínica FEMM y cirujano plástico del Hospital Ruber Internacional.

Fundamental antes de operarse

  • Conocer en profundidad en qué consiste la rinoplastia para salir con una idea clara de cómo va a quedar el rostro tras la operación, es decir, saber qué se puede conseguir y qué no.
  • Explicar al cirujano cuáles son las expectativas, qué rasgos de la nariz no gustan y las razones de ese desagrado.
  • Valorar el estado de salud (alergias, enfermedades o lesiones en la nariz, con independencia de si son o no recientes, otras pruebas médicas...).

¿Rinoplastia cerrada o abierta?

Lo que distingue un tipo y otro de es el modo en el que el cirujano accede al interior de la nariz:

  • En la rinoplastia abierta se realiza una pequeña incisión, en la base de la nariz, para poder levantar la piel.
  • En la rinoplastia cerrada la cirugía se realiza desde dentro de la nariz, a través de las fosas nasales. En este segundo caso, el cirujano plástico no tiene una visión directa de la zona que está interviniendo.

"Cuando la punta de la nariz es la que necesita de una mayor atención, habrá que recurrir a una técnica abierta. Esta modalidad de rinoplastia permite trabajar los cartílagos alares con una mayor precisión. En caso contrario, cuando solamente es un pequeño caballete, o una ligera desviación nasal, lo que hay que mejorar, la técnica elegida suele ser la cerrada", explica el doctor Calderón.

Rinoplastia ultrasónica

  • Se trata de una técnica innovadora que presenta una serie de ventajas en relación a la tradicional.
  • Menos traumática y más suave.
  • Ofrece unos resultados estables a largo plazo.
  • Permitie corregir defectos (nariz muy dura, muy anchas o voluptuosas) sin la aparición de fracturas incontroladas, incluso en huesos finos, frágiles o inestables;
  • La recuperación e incorporación a la vida social es más rápida.
  • Reduce la equimosis, el edema, la hinchazón o los moretones.
  • Consigue resultados aún más naturales que la rinoplastia clásica.

Reintervenciones o Rinoplastia secundaria

El resultado de una rinoplastia tarda algún tiempo en ser definitivo. De media, hasta un año, o un año y medio, después de operada, la nariz no se habrá desinflamado por completo. Asimismo, tenemos que tener en cuenta que, en aproximadamente el 10% de los casos, es necesaria una mínima reintervención y en otros casos una rinoplastia secundaria.

  • En el primer caso se debe a que algunas asimetrías previas a la operación pueden permanecer en el postoperatorio o ir apareciendo a medida que la nariz va deshinchándose, por lo que siempre se informa de estos supuestos a los pacientes antes de operarse. Son retoques que suelen hacerse al cabo de un año.
  • La rinoplastia secundaria se da cuando es necesario arreglar e intentar naturalizar el resultado de una rinoplastia mal hecha. "Es el gran reto del cirujano plástico. Debido al alto grado de intrusismo profesional por médicos sin la titulación adecuada, en los últimos años se han multiplicado las cirugías mal hechas en las que se nota que se ha operado la nariz", concluye el doctor Calderón.