NUTRICIÓN

Cuatro platos de otoño para cuidar tus defensas

Ha llegado el otoño, los primeros catarros, y es el momento de añadir a la dieta alimentos poner a punto nuestro sistema inmunitario y combatir con las mejores defensas estos cambios de temperatura.

Marcu Ovidiu

Que levante la mano el que ya esté con mocos, toses, estornudos y haya tenido algo de fiebre. Efectivamente, acaba de llegar el otoño y los primeros catarros ya han hecho su aparición.

Dado que hoy llega el primer día de la nueva estación es el momento de planificar comidas, cambios de alimentación y tomar algunos alimentos extras para que las defensas estén a pleno rendimiento y no empecemos a encadenar mocos y toses de aquí al invierno.

Por qué nos resfriamos ahora

Con el otoño llega la bajada de las temperaturas, los días más cortos, la falta de luz y los inevitables catarros. Esto se debe, entre otros factores, a que una rápida transición del calor al frío puede debilitar nuestro sistema inmune y hacerlo más propenso a padecer ciertas enfermedades.

Pero una dieta equilibrada en la que se incluyan las cantidades correctas de nutrientes esenciales puede ayudar a equilibrar nuestras defensas y a mejorar nuestro bienestar general.

Recetas para el otoño

Añade queso y arándanos a tus platos: Los productos lácteos fermentados, como el queso, contienen probióticos capaces, según la FAO, de regular la respuesta inmune del organismo. Asimismo, el arándano se ha demostrado que ayuda a mejorar las infecciones bacterianas y a reforzar nuestras defensas. Además, los arándanos son ideales como antioxidantes para nuestro organismo.

Espinacas: las espinacas son especialmente ricas en vitamina C, pero también aportan una buena cantidad de vitaminas A, B, E y K, así como potasio, calcio, fósforo, zinc, ácido fólico y hierro y por tanto, ayudan a mejorar la respuesta del organismo frente a virus y bacterias y mantiene el cuerpo hidratado, algo esencial para combatir los catarros y gripes. Vamos, que si tomas todos los días espinacas tus defensas estarán bien listas para combatir lo que sea.

Pipas de calabaza: ya sea en ensaladas o a modo snacks, las pipas de calabaza aportan zinc y mantienen las infecciones a raya; el selenio funciona como un antioxidante que mejora el metabolismo de las grasas y estimula el sistema inmunitario.

Más pescado: el atún gracias a los ácidos grados Omega-3 es un potente aliados en la producción de los valiosos glóbulos blancos capaces de atajar las infecciones antes de que se produzcan. Los calamares están ahora en su mejor momento, están especialmente ricos a partir de septiembre, que es cuando empieza su temporada. Son una gran fuente de proteínas y contienen vitaminas A, B12, C, E y ácido fólico, además de hierro, potasio, cinc, fósforo, manganeso, magnesio, yodo y cloro. ¿Quién no se derrite por un bocadillo de calamares a la romana?