VIDA EN EL TRABAJO

La moda de Silicon Valley: microdosis de LSD para trabajar

Se están estudiando los alucinógenos como el LSD y la psilocibina en microdosis para tratar la depresión, pero en Silicon Valley lo usan para el trabajo.

Wired UK

Aunque puede parecer un intento fallido de mezclar negocios y placer, un creciente número de profesionales jóvenes en Silicon Valley insisten en que tomar pequeñas dosis de drogas psicodélicas las hace funcionar mejor en el trabajo, volviéndose más creativos y enfocados. La práctica, conocida como "microdosificación", implica tomar pequeñas cantidades de medicamentos como LSD, psilocibina (que podemos encontrar en setas alucinógenas) o mescalina (que se encuentra en el peyote) cada pocos días.

El LSD es la droga psicodélica más conocida debido a su popularidad en el apogeo de la contracultura de la década de 1960. Pero quizás, de alguna manera sorprendente, Silicon Valley también tiene una larga historia de consumo de drogas psicodélicas para impulsar la creatividad: estrellas de la tecnología como Steve Jobs y Bill Gates experimentaron con LSD, y no se puede decir que no triunfasen, a decir verdad.

En dosis altas, el LSD altera la percepción, el estado de ánimo y una serie de procesos cognitivos. Sin embargo, ahora parece ser uno de los medicamentos más comúnmente microdosificados. Una microdosis de LSD consiste en aproximadamente una décima parte de una dosis recreativa (generalmente 10-20 microgramos), que generalmente no es lo suficientemente potente como para causar alucinaciones. En cambio, aquellos que lo usan informan sobre un aumento del estado de alerta, energía y creatividad.

El LSD o la psilocibina con microdosis también supuestamente mejora el bienestar general, ayuda a reducir el estrés y la ansiedad mientras mejora el sueño y conduce a hábitos más saludables. Aunque es un fenómeno ampliamente reportado en los medios, la falta de estudios científicos sobre la microdosificación hace que la prevalencia sea casi imposible de estimar. Los informes sugieren que lo que comenzó como una práctica subterránea en Silicon Valley puede extenderse rápidamente a otros lugares de trabajo.

En humanos, se han reportado dos efectos distintos de las dosis recreativas de LSD. Inicialmente, las personas experimentan sensaciones psicodélicas y positivas de euforia. Esto puede ser seguido por una fase posterior caracterizada por paranoia o incluso un estado similar a un psicótico.

El LSD en dosis bajas puede producir elevación del estado de ánimo y creatividad, mediado por los efectos de imitación de la serotonina. Las acciones tanto del glutamato como de la serotonina también pueden actuar para mejorar el aprendizaje y la flexibilidad cognitiva, necesaria para la creatividad, en el lugar de trabajo. Estos hallazgos podrían ayudar en parte a explicar el fenómeno de la microdosis.

La investigación clínica con psicodélicos está actualmente experimentando un gran renacimiento después de haber sido detenida en la década de 1960. Uno de los beneficios de realizar investigaciones en psicodélicos es su potencial para ayudar a profundizar nuestra comprensión de la conciencia.

En 2016, los investigadores del Imperial College London fueron los primeros en utilizar técnicas de escaneo cerebral para visualizar cómo el LSD altera la forma en que funciona el cerebro. Un hallazgo clave fue que el LSD tenía una influencia "desorganizadora" en la actividad cortical, lo que permitía que el cerebro operara de una manera más libre y menos restringida de lo normal.