DIETA PARA EL VERANO X

La dieta cetogénica: pierde peso más rápido sin comer hidratos

Las dietas cetogénicas se caracterizan por ser altas en grasa, y por el contrario, muy bajas en hidratos. Suelen recomendarse a personas con sobrepeso.

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Una dieta cetogénica es bien conocida por ser una dieta baja en carbohidratos, donde el cuerpo produce cetonas en el hígado para ser utilizadas como energía. Asimismo, se caracterizan por un elevado consumo de grasas y mesura en cuanto a las proteínas: podríamos decir que es una dieta en la que se come: 65% de grasa, 25% de proteína y 10% (incluso menos) de hidratos de carbono.

La glucosa es la molécula que con mayor facilidad usa nuestro cuerpo para convertirla en energía. Lo que trata esta dieta, al fin y al cabo, es reducir al mínimo la cantidad de glucosa existente en nuestro cuerpo para utilizar como combustible la alta cantidad de grasa que ingerimos, y por tanto, perder peso. Al reducir la ingesta de carbohidratos, el cuerpo es inducido a un estado conocido como cetosis.

La cetosis es un proceso natural que el cuerpo inicia para ayudarnos a sobrevivir cuando la ingesta de hidratos de carbono es baja. Durante este estado, producimos cetonas, que se producen a partir de la descomposición de las grasas en el hígado. El objetivo final de una dieta cetogénica mantenida adecuadamente es forzar a al cuerpo a este estado metabólico. No hacemos esto a través del "hambre" del consumo de calorías sino del "hambre" de carbohidratos.

Nuestros cuerpos se adaptan de forma increíble: cuando le sobrecargas con grasas y le quitas los hidratos de carbono, empezará a quemar las cetonas como fuente primaria de energía. Los niveles óptimos de cetonas ofrecen muchos beneficios de salud, pérdida de peso y rendimiento físico y mental.

Beneficios de una dieta cetogénica

Pérdida de peso: La dieta cetogénica esencialmente utiliza la grasa corporal como fuente de energía, por lo que hay beneficios obvios de pérdida de peso. En este tipo de alimentación, los niveles de insulina (la hormona que almacena grasa) disminuyen considerablemente, lo que convierte a nuestro cuerpo en una máquina de quemar grasas. Científicamente, la dieta cetogénica ha mostrado mejores resultados en comparación con las dietas bajas en grasas y altas en carbohidratos, incluso a largo plazo.

Controla el azúcar en sangre: La dieta cetogénica naturalmente baja los niveles de azúcar en la sangre debido al tipo de alimentos que se consumen en ella (y la baja ingesta de azúcares). Los estudios incluso muestran que la dieta cetogénica es una forma muy efectiva de controlar y prevenir la diabetes en comparación con las dietas bajas en calorías. Si tienes diabetes tipo 2, deberías considerar seriamente esta dieta.

Enfermedades neurodegenerativas: En los últimos años, estudios también han mostrado resultados significativos en adultos tratados con una dieta cetogénica para el control de la epilepsia. Y no solo eso: también hay investigaciones que determinan que puede ser muy efectiva contra el Parkinson o el Alzheimer.

Colesterol y presión arterial: Una dieta cetogénica ha demostrado mejorar los niveles de triglicéridos y los niveles de colesterol. Más específicamente, las dietas bajas en carbohidratos y grasas muestran un aumento dramático en HDL y una disminución en la concentración de partículas de LDL en comparación con las dietas bajas en grasas. Algunos problemas de presión arterial están asociados con el exceso de peso, y la dieta cetogénica tiende a conducir a la pérdida de peso.

Qué puedes comer y no comer en una dieta cetogénica

No se puede comer:

- Granos: trigo, maíz, arroz, cereales, etc.

- Azúcar: miel, agave, jarabe de arce, etc.

- Fruta: manzanas, plátanos, naranjas, etc.

- Tubérculos: Patatas, por ejemplo.

Sí se puede comer:

- Carnes: pescado, carne de res, cordero, aves, huevos, etc.

- Vegetales de hoja verde: espinaca, col rizada, etc.

- Vegetales de tierra: brócoli, coliflor, etc.

- Lácteos altos en grasa: quesos duros, cremas con alto contenido de grasa, mantequilla, etc.

- Frutos secos y semillas: almendras, nueces, semillas de girasol, etc.

- Aguacate y bayas: frambuesas, moras y otras bayas de bajo impacto glucémico.