ESTUDIO

Si estás físicamente sano, tu cerebro se mantendrá joven

Más allá de los beneficios del ejercicio físico en nuestro cuerpo, un nuevo estudio ha encontrado que practicarlo regularmente mantiene el cerebro joven

Jeff Roberson

La salud del cerebro es un tema muy candente, y más ahora que se sabe que 1 de cada 10 mayores de 65 años vive con Alzheimer en Estados Unidos según datos de 2017. En el pasado, algunos estudios demostraron que el ejercicio puede mantener nuestro cerebro saludable a medida que envejecemos, y una nueva investigación publicada en el Journal of Alzheimer's Disease ha encontrado aún más evidencia para apoyar esos hallazgos.

Los investigadores hicieron que las personas mayores con un alto riesgo de desarrollar Alzheimer pusiesen a prueba su memoria y otros exámenes mentales para medir su función cerebral, y usaron sus índices de VO2 max para medir sus niveles de condición física.

Los cerebros de los participantes también se escanearon para ver cómo de correctamente funcionaba su sustancia blanca (los haces de nervios en el cerebro que afectan el aprendizaje, la función cerebral y la comunicación entre las diferentes partes del cerebro).

De los pacientes, que todos tenían signos tempranos de pérdida de memoria o deterioro cognitivo leve, las personas menos aptas físicamente tendían a tener materia blanca más débil, lo que se correlaciona con una función cerebral más baja.

"Esta investigación respalda la hipótesis de que mejorar la condición física de las personas puede mejorar la salud cerebral y ralentizar el proceso de envejecimiento", dijo el autor del estudio, Kan Ding, neurólogo del Instituto Cerebral Peter O'Donnell Jr de UT Southwestern.

Si bien los hallazgos son prometedores, todavía hay muchas investigaciones por hacer cuando se trata de los efectos que el ejercicio regular tiene en el cerebro. No está claro cómo de adecuado debe ser para alguien a la hora de reducir significativamente el riesgo de demencia, o cómo de tarde cuando se trata de comenzar un programa de ejercicio físico cuando alguien ya experimenta síntomas de deterioro cognitivo.

"La evidencia sugiere que lo que es malo para el corazón también es malo para el cerebro", dijo el autor del estudio, Rong Zhang. "Necesitamos más estudios como este para descubrir cómo se entrelazan los dos y, con suerte, encontrar la fórmula adecuada para ayudar a prevenir la enfermedad de Alzheimer".