SALUD

La población envejece: la cronicidad, problema sanitario

En gran medida, la cronicidad es consecuencia del éxito del sistema sanitario para curar las patologías agudas, convirtiéndose en el entorno asistencial mayoritario.

El reto de la cronicidad viene determinado por el envejecimiento de la población; el aumento de la cronicidad, con una mayor prevalencia de enfermedades más complejas; el nuevo marco social, con una sociedad más diversa, con nuevas tipologías y nuevos recursos a su alcance; y el contexto permanente de crisis económica.

Hay que tener en cuenta dos factores: Primero, que en 2050 seremos el tercer país con la población más anciana del mundo, por detrás de Japón y Corea del Sur. Y, segundo, que la coyuntura de crisis económica seguirá afectando al país los próximos años. "Estamos obligados a iniciar ya este cambio. Estamos al principio de una transformación en profundidad del actual modelo de atención a las necesidades de salud de las personas y debiéramos llevar a cabo el gran grueso de esta transformación en menos de una década", explica el Dr. Carles Blay, miembro del comité científico del II EIC y responsable operativo del Programa de Prevención y Atención de la Cronicidad del Departamento de Salut de la Generalitat de Catalunya.

El reto: una atención integral e integrada

En España la mitad de la población, es decir, más de 20 millones de personas sufren al menos una enfermedad crónica. Y, pasados los 65 años, tienen de media cuatro, según el informe de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA). Además, estas patologías suponen el 80% de las consultas de Atención Primaria y el 60% de los ingresos.

Según los resultados obtenidos a partir de los cuestionarios que los responsables de cronicidad de las diferentes CCAA y de la Estrategia para el Abordaje de la Cronicidad en el Sistema Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad han respondido en el II EIC, se han identificado cuatro palancas fundamentales para llevar a cabo la transformación del actual modelo sanitario y social en España.

La primera, la integración de las tecnologías, de los sistemas informáticos y de información (historias clínicas, registros únicos,...), que deben ser interoperables y permitir intercambiar datos y facilitar la comunicación entre profesionales y entre profesionales y pacientes. "Según los asistentes al II EIC, la integración tecnológica parece ser el mejor modo de superar las barreras de la integración asistencial".

La segunda es contar con líderes profesionales que modelicen las nuevas propuestas asistenciales y transmitan los beneficios de las estrategias en cronicidad y de la atención integrada. "El perfil de los profesionales y de los equipos asistenciales debe evolucionar y debe hacerlo fundamentalmente en base a las propuestas de los referentes clínicos".

En este contexto, la determinación política deviene "un tema crucial a resolver, que precisa un liderazgo político clarividente, asertivo y con una visión a medio y a largo plazo centrada en las necesidades de las personas". Y, finalmente, los asistentes al II EIC contemplan dos elementos clave: por una parte, la formación y capacitación de los profesionales en la atención de las nuevas realidades y, por otra parte, la adopción por parte de Atención Primaria de un papel protagonista desde una posición de liderazgo comunitario que facilite esta transformación.