Stilnox: un medicamento para dormir realmente peligroso

En España, el consumo de ansiolíticos e hipnóticos es alarmante, ya que entre los años 2000 y 2012 su ingesta se elevó un 57,4 por ciento, según advirtió en 2014 la agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). Asimismo, su consumo en nuestro país es mayor que en otros países como Alemania y Reino Unido (cuatro veces más) e incluso estados Unidos.

Uno de los medicamentos más demandados es el Stilnox, cuyo principio activo es el tartrato de zolpidem. Ya en 2008, El País publicó un artículo sobre su peligrosidad: habla, sobre todo, de atletas que deben rendir al máximo nivel, y que para vencer sus problemas a la hora de dormir, lo utilizan...hasta que ven su potencial como droga de ocio.

El problema radica en el uso que le dan muchas personas: no se busca en él una solución contra el insomnio, sino ir colocado. Muchos describen que, si aguantas veinte o treinta minutos sin quedarte dormido, puedes obtener efectos que van desde la euforia a las alucinaciones. Y si lo mezclas con alcohol, la potencia se multiplica.

Hemos hablado con Juan (nombre ficticio), que quiere dar su caso a conocer, pero no su identidad. Su primer contacto con el Stilnox tuvo lugar a los 18 años, momento en el que atravesaba una crisis ansioso-depresiva que le impedía dormir por las noches. A raíz de ello, su psiquiatra le prescribió un antidepresivo y el ya conocido Stilnox, para que pudiese conciliar el sueño: "la primera vez que me lo tomé, no noté nada. Sin embargo, recuerdo una noche que estaba viendo la televisión, y unos treinta minutos después de tomarlo, empecé a ver doble".

Fue el comienzo, y el descubrimiento. Juan salió adelante y superó sus problemas psicológicos, pero comenzó a ser adicto al Stilnox. Lo consumía, en sus propias palabras, "para colocarse". "Empecé tomando solo una pastilla como me había indicado mi psiquiatra, pero después, cuando salí del bache, seguía pidiéndole recetas para consumirlo. Había noches que tomaba solo dos, pero llegué a tomar más de seis".

Ahí comenzó su calvario: "me iba a la cocina por las noches y arrasaba con todo lo que hubiese, era capaz de comer sin parar. Otras veces, me daba por coger el móvil y escribir incoherencias a algunos amigos, incluso llegué a mandar mensajes a chicas que jamás habría escrito estando cuerdo. Al día siguiente no me acordaba de nada". Hasta que tuvo que despertar del sueño. "Yo ya me había tomado las pastillas, cuando me escribieron para salir de fiesta. Eran las dos de la mañana y cogí el coche totalmente colocado de Stilnox para ir a una discoteca. No llegué. Tuve un grave accidente".

Juan fue hospitalizado con algunas fracturas importantes en la pierna derecha y la espalda, por lo que pasó una buena temporada en el hospital, y más tarde, recuperándose y rehabilitándose. "Desgraciadamente, tuvo que pasar algo grave para que me diese cuenta de que estaba enganchado, y de que realmente era un medicamento muy perjudicial, así que lo dejé". También quiere advertir a aquellos que lo consumen: "no es un juego, es muy peligroso. A mi casi me cuesta la vida".