Sabemos el minuto exacto en que tus hijos se cansarán en un vuelo

Solo hacen falta 49 minutos y 47 segundos para que los padres oigan la temida pregunta: ¿Cuánto falta? ¿Queda mucho? ¿Hemos llegado ya? Emirates junto con el doctor Sandi Mann, psicólogo y especialista en aburrimiento en la Universidad de Lancashire Central, han buscado una solución. Mann ha creado el Cociente de Aburrimiento Infantil (CAI), cuyo objetivo es ayudar a los padres a identificar el momento exacto en que sus hijos se aburrirán en el avión para poder disfrutar del trayecto con el menos estrés posible.

Mann ha categorizado actividades en Activas (A), Pasivas (P), Interactivas (I), Creativas (C) o Sensoriales (S) para formular el CAI. También, ha ayudado a los padres a construir la combinación perfecta de actividades para evitar el aburrimiento antes de que se presente.

Los resultados también muestran que el 64 % de los padres se preocupa por entretener a sus hijos y el 43 % ha expresado preocupación en el caso de que sus hijos molesten a otros pasajeros. Los niños de entre tres y cuatro años son los más inestables.

Cómo entretener a los niños en un vuelo

Como si fuera la mafia, la clásica y conocida técnica del soborno, dar chucherías a los hijos (41 %) a cambio de un buen comportamiento, se suele usar para mantener el orden. Otros métodos de distracción se relacionan con los teléfonos o tablets (33 %), ofrecer juguetes nuevos (27 %) o cansar a los hijos corriendo por el aeropuerto antes del embarque (16 %).

En el avión, las películas son las más populares para mantener a los niños entretenidos alrededor de 40 minutos para el grupo de edad más joven (0-2 años) y de 1 hora y 45 minutos para el más mayor (11-12 años).

A esto le siguen los juegos en dispositivos inteligentes o a través del sistema de entretenimiento a bordo (se mantienen ocupados cerca de 30 minutos los más pequeños y una hora y media a los más mayores).

Por otra parte, las actividades creativas, como el dibujo, son las más populares hasta los nueve años, cuando los concursos y rompecabezas se vuelven más atractivos. Los libros para colorear y pegatinas tienen un encanto especial para los más pequeños.

Sandi Mann ha añadido: "Los niños muy pequeños no necesitan juguetes muy sofisticados para viajar en avión y se divierten con elementos del entorno, incluidas las personas y, por supuesto, sus padres. Por ejemplo, el juego "veo veo" o caminar regularmente por el pasillo son actividades recomendables para que los niños pequeños hagan ejercicio y para que los bebés cambien el entorno visual. No hay que olvidar que cantar y los juegos interactivos también son eficaces. A los niños mayores se les pueden dar materiales simples como cuadernos y bolígrafos, libros de acertijos y cómics. Es importante tomar descansos de vez en cuando para caminar por el avión y tratar de restringir la visualización pasiva, tal y como se haría en casa. No hay que tener miedo de que se aburran si se deja a los niños solos con alguno de los materiales básicos, ya que encontrarán formas creativas de activar sus cerebros."

Jade Cobbs, supervisor de cabina de Emirates, ha expresado:

"Entendemos que los padres estén aterrorizados ante la idea de realizar viajes de larga distancia con niños proclives al aburrimiento. No obstante, los padres no tienen que esperar hasta que la alarma del aburrimiento se active. Ya sea avisando a los miembros de la tripulación de cabina para que les proporcionen paquetes de actividades o viendo programas de televisión y películas familiares en el sistema de entretenimiento, las familias pueden evitar el aburrimiento a través de actividades preparadas previamente, juegos interactivos o entretenimiento a bordo."

La guía de actividades

El doctor Sandi Mann ha creado una guía sobre cómo estructurar un viaje en avión para cada rango de edad. El truco está en mezclarlo todo y evitar ese minuto 49 y 47 segundos donde los niños se aburren si antes no han hecho nada.

Pasivas: ver películas, escuchar música

Activas: caminar por el pasillo, jugar a cartas

Creativas: dibujar, pintar

Interactivas: leer un libro, hablar

Sensoriales: refrigerios