COACHING

10 consejos para garantizar el éxito en el trabajo y en la vida

Septiembre es el mes de los propósitos para cumplirlos durante todo el año. Evitar su incumplimiento no tiene por qué ser misión imposible.

Incorporados ya de nuevo a nuestros puestos de trabajo e inmersos en la cotidianeidad, mantener el buen sabor de boca que nos dejaron las vacaciones y evitar el incumplimiento de los buenos propósitos no tiene por qué ser misión imposible. Precisamente todo lo contrario, "en las primeras semanas de la vuelta encontraremos la oportunidad de incorporar y hacer nuestros estos nuevos hábitos. Esta adopción no es repentina, sino que ha de ser gradual y progresiva durante todo el mes para que sea efectiva y perdurable en el curso" aconsejan las dos organizaciones. Septiembre será así el garante de que nuestros propósitos pasen a ser hábitos y una realidad totalmente integrada en nuestra rutina. No hablamos del final de las vacaciones, hablamos del comienzo de un nuevo curso lleno de oportunidades.

A continuación, la Federación ASPA y ANEPA ofrecen diez consejos para garantizar el éxito del curso, no solo como trabajadores individuales sino como miembros de equipos de trabajo en las empresas y organizaciones:

Comenzar con un análisis realista de la situación de partida. Pensar juntos, en equipo, sobre lo que ocurrió el curso pasado, recordar las metas logradas antes de las vacaciones y reconocer los puntos de mejora, nos ayudará a retomar nuestra actividad individual y a coordinarnos con nuestros compañeros de equipo.

Enumerar los objetivos personales y profesionales que nos planteamos para el nuevo curso. A corto, medio y largo plazo, estas metas tendrán que ser realistas, realizables y evaluables para que las alcancemos con éxito y satisfactoriamente. Además, será una buena actividad motivadora y potenciadora de la cultura organizacional de los equipos de trabajo.

Diseñar las estrategias y planificar los nuevos proyectos. Organizar el curso, planificarlo todos juntos, para que cada uno se sienta dueño y responsable de su cometido.

Efectuar cambios en el mobiliario o en el espacio de trabajo. Tanto en nuestro puesto individual como en la oficina en general, este tipo de cambios nos acompañarán en la adopción de cierto sentimiento motivador ante la "novedad".

Organizar alguna actividad de reencuentro con los compañeros. Una reunión de equipo, un almuerzo o proponer una "quedada" al salir del trabajo, donde tengamos oportunidad de cuidar el vínculo personal y "ponernos al día" de manera distendida. Esto favorece la creación de la cultura de equipo y ayuda a alinear las actitudes personales bajo un proyecto común. Incluso sería aconsejable repetir estas actividades de encuentro a lo largo del año, con cierta periodicidad.

Mantener una actitud positiva y motivacional. Cambiar nuestra percepción de miedo al fracaso, y convencernos individual y colectivamente de la oportunidad que también representa. Reconocer que, aunque haya días en los que nos hayamos levantado con el pie izquierdo, hay otros tantos en los que nuestro desempeño profesional y el de nuestros compañeros sale adelante con éxito. Relativizar. Saber premiar también el esfuerzo con nosotros mismos y con los demás.

Comunicar novedades positivas. Los principios tienen la capacidad de ilusionar, por lo que son el momento perfecto para dar a conocer las últimas noticias.

Cuidar hábitos diarios saludables. Una dieta sana, hacer ejercicio, pasar tiempo con la familia y los amigos, leer un buen libro, pasear o practicar alguna actividad de ocio que nos guste, no son actividades exclusivas de las vacaciones. Aquello que nos produjo tanta satisfacción y descanso durante el verano, podemos adaptarlo a nuestra realidad cotidiana. Reconocer y anotar en una lista lo que nos produjo bienestar, nos ayudará.

Participar en actividades altruistas. Reservar y dedicar parte de nuestro tiempo, como individuos y equipos, a voluntariados nos ayudará a salir de nosotros mismos, a relativizar y a mantener una actitud positiva en nuestra vida diaria.

Aprovechar el comienzo del curso para potenciar y complementar nuestra formación. Apostar por potenciar nuestra mejor preparación, matriculándonos en algún curso o máster que nos haga crecer como profesionales o motivar a nuestros equipos.