BIENESTAR

Un lugar de retiro de bienestar más cerca de lo que crees

Es Slow Life House, la Casa de la Vida Consciente, un lugar para la calma, para las sensaciones, para cuidarse por dentro y por fuera en el centro de Madrid.

Carlos Aragon

El yoga, la meditación, la importancia de la nutrición, días de desconexión tecnológica. Todo nos lleva a plantearnos un poco la vida, el ritmo, nuestras prioridades y cómo querernos enfocarnos. Ahí está el éxito de los retiros espirituales, ya no sólo de una única religión, cada vez hay más retiros para meditar, para realizar yoga, para hacer silencio. Retiros donde encontrarse uno mismo para seguir. Y es en esta búsqueda del bienestar integral donde surge Slow Life House, en el centro de Madrid.

Preguntamos a Carol Buenestado, directora del centro, cómo nace este centro "Slow Life House nació con la intención de crear un espacio que cuidara tanto el cuerpo como el alma. Por eso se buscó también una arquitectura "tranquila", cabinas grandes, un ambiente de reposo para que, aun estando en el centro de Madrid, quien entre por la puerta de se sienta mejor tanto por dentro como por fuera. Se respira un ambiente de paz, porque la paz también forma parte de la belleza", afirma.

Es un espacio único, un lugar que aúna tratamientos de belleza, medicina estética, dietética, entrenamiento personal y coaching para encontrar no sólo tratamientos, sino, sobre todo, un espacio donde relajarse y cuidarse. Se busca encontrar un espacio donde sentirse bien para estar aún mejor", nos cuenta.

La vida "slow" no es la vida lenta, sino la vida al ritmo adecuado.

Carol Buenestado, directora del centro.

Coaching como tratamiento de belleza

La directora del centro incide en un concepto diferente, "creemos que un concepto slow de la belleza significa tomar conciencia de la importancia de cuidarnos de manera global. Por eso también nos gusta hacer cursos de coaching para trabajar la belleza interior: porque cuidarnos por fuera es una ampliación de cuidarnos por dentro, querernos y mimarnos. Y por eso con nuestros tratamientos buscamos crear experiencias. No buscamos hacer tan sólo el tratamiento, que es la base imprescindible, también que la persona se sienta bien. Y que disfrute de una experiencia global, desde la temperatura de la cabina, al trato con las terapeutas o el ambiente que se respira. Cuidamos mucho que no haya ruidos molestos, y que cada persona que entre por la puerta disfrute del tratamiento al tiempo que necesite. Calmado, para quien quiere un oasis de paz, pero también preciso y conciso para quien quiere aprovechar el hueco que tiene".

"No creemos que un tratamiento deba limitarse a las mejoras que se consiguen en el rostro o en el cuerpo: sabemos que el máximo beneficio se obtiene cuando cada cliente se siente mimado, cuidado, atendido, y cuando nota que está haciendo algo para sí mismo, para sentirse mejor", finaliza.