PSICOLOGÍA

La muerte de un amigo fortalece nuestros vínculos en las redes sociales

Según un estudio publicado en la revista Nature Human Behaviour, la muerte de un amigo o familiar en común fortalece nuestros vínculos emocionales

interficto.com

Según un estudio llevado a cabo en Facebook y publicado en la revista Nature Human Behaviour, el fallecimiento de un familiar o amigo cercano provoca una respuesta emocional que se puede medir a través de las interacciones en esta red social incluso dos años más tarde de que ocurriera el trágico suceso.

Para ello, los investigadores analizaron los perfiles de 15.000 usuarios de Facebook desde 2011 a 2015 que habían perdido un amigo o familiar cercano entre 2012 y 2013, y los compararon con otros 30.000 usuarios que no habían sufrido la desdicha. De este modo, los amigos del fallecido aumentaron inmediatamente las interacciones (comentarios, publicaciones o etiquetado de fotos) entre ellos y las mantuvieron en el tiempo, recuperando asimismo las conexiones con otros amigos y fortaleciendo las amistades incluso con otros con menor vínculo afectivo.

Sin embargo, no todos los fallecimientos produjeron la misma conectividad: los investigadores detectaron que las interacciones eran mayores cuando una persona había muerto por cáncer o cuando había sufrido un accidente, por encima de los casos de suicidio.

Para evaluar la resiliencia de las redes sociales después de una muerte, midieron la rapidez con que las redes de amigos recuperan la conectividad, cómo lo hacen completamente y si esta recuperación conectiva persiste más allá del período agudo de duelo. Utilizaron los datos de Facebook para medir la conectividad en la red social en los meses y años anteriores y posteriores a la pérdida.

Pese a las variaciones entre los grupos de edad, aquel de entre 18 y 24 años tendía a mostrar una cantidad mayor de interacciones y una respuesta más "desproporcionada" que el resto, aunque individuos de todas las edades se adaptaron y trataron de recuperarse colectivamente tras un fallecimiento inesperado. Las interacciones durante el mes de la muerte aumentaron en aproximadamente 60% entre los adultos jóvenes de 18 a 24 años, y el 30% entre todos los adultos, mientras que la interacción a largo plazo aumentó aproximadamente en un 5%.

Aún con el estudio en la mano, los autores señalan que "dejamos muchas preguntas sin respuesta, es probable que las redes no siempre se adapten a una pérdida y que la recuperación a nivel de la red no se traduzca en recuperación a nivel individual. Asimismo, no pudimos evaluar tanto la recuperación conectiva como la experiencia subjetiva de pérdida ya que no poseemos datos de los vínculos activos fuera de las redes sociales".