SALUD

8 consejos para calmar el hambre

En ocasiones sentimos más hambre de lo normal y eso pone en peligro nuestros objetivos de mantener una dieta adecuada. Te damos algunos consejos para mantener lejos el apetito.

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¿Quién no ha sucumbido alguna vez a picotear más de lo normal? Es una situación normal, aunque para aquellos que quieren mantener su dieta lo más sana posible, puede suponer un peligro y una posibilidad de engordar si nos dejamos seducir continuamente por la posibilidad de comer más y más. Por ello, te damos algunos consejos para controlar el hambre y manejar adecuadamente el apetito.

Masticar, no engullir

El simple hecho de masticar bien los alimentos favorece la correcta digestión, y evita que nos duela después el estómago. Además, saborear bien ayuda a controlar las cantidades que comemos y contribuye a fortalecer la sensación de saciedad. Tómate el tiempo que necesites y disfruta de la comida. Los médicos recomiendan masticar al menos veinte veces cada bocado.

Ante el hambre, agua

Agua para calmar el hambre.

A veces es complicado saber si tenemos sed o hambre, pero la ingesta de líquidos nos ayuda a mantener el apetito y no caer en la tentación de seguir comiendo. Incluso es recomendable que el primer plato que comemos sea puré, caldo o algún tipo de verdura en forma de sopa.

No comas frío

Es complicado comer templado o caliente cuando hace calor, pero resulta muy conveniente para calmar el apetito. Las comidas calientes envían al cerebro mayor sensación de saciedad que las frías. Prueba a templar los platos antes de comerlos fríos, ya que contribuirá a sentirse menos lleno.

Reparte las comidas

La probabilidad de caer en un ataque de hambre es mucho mayor si comemos solo dos o tres veces al día que si hacemos cinco o seis pequeñas comidas. Además, hay alimentos que, además de ser muy sanos, resultan bastante saciantes, como las manzanas o un puñadito de nueces.

Haz la compra cuando ya hayas comido

Si vamos a hacer la compra con mucha hambre, tenemos tendencia a comprar todo lo que se nos antojaría en ese mismo instante. Un estudio de JAMA Internal Medicine lo comprobó con 68 adultos, de los cuales la mitad estuvieron sin comer las cinco horas previas a elegir los alimentos y la otra mitad sació su hambre en ese mismo espacio de tiempo.

Sal a caminar

Sal a caminar.

Ir a andar contribuye a adelgazar y evita que tengamos hambre, ya que es un ejercicio de bajo impacto, al contrario que correr u otros deportes. Andar a primera hora de la mañana es una muy buena opción para añadirla a nuestra rutina.

Toma vitaminas y minerales

Los micronutrientes como la vitamina B o el ácido fólico son más que necesarios para el buen funcionamiento de nuestro organismo y ayudan a mantener buena salud. En muchas personas, el hambre emocional se dispara cuando tienen períodos de estrés o están bajos de ánimo. La serotonina, entre otras funciones, tiene un papel regulador del apetito, por lo que si no estamos bien anímicamente tenderemos a comer más cantidad de comida (o quizá menos).

Encuentra un equilibrio

Hay quienes hacen una dieta tan sumamente estricta que evitan caer en todo tipo de tentaciones, pero esta estrategia a corto plazo no es recomendable ya que tarde o temprano el hambre se disparará como consecuencia de las necesidades del cuerpo. Si tienes que darte un capricho de vez en cuando, sé permisivo y no te obsesiones.