PSICOLOGÍA

El Clásico: ¿Cómo gestionarán los jugadores sus emociones?

Un partido que definirá la Liga Santander no será fácil de gestionar emocionalmente para los jugadores de Real Madrid y Barcelona, que tendrán que controlar sus nervios.

Fernando Zueras

El domingo, Real Madrid y Barcelona se enfrentarán en el clásico del futbol español, en un partido que en buena medida dictará sentencia sobre lo que ocurra de aquí al final de la Liga Santander. ¿Serán capaces los jugadores de ambos equipos de gestionar correctamente sus nervios y emociones? ¿Se dejarán llevar por el tremendo ambiente que habrá en el Santiago Bernabéu?

El control de las emociones

Algunos psicólogos indican que poseemos el control total sobre la gestión de nuestras emociones. Sin embargo, existen estudios que determinan que la forma en que afrontamos las situaciones puede cambiar la manera en que las vivimos. El propio cuerpo proporciona la energía para hacer algo, pero somos nosotros quienes decidimos cómo usarla. En este caso, todos los jugadores afrontarán con los mismos nervios la situación, el hecho es que algunos la vivirán con diversión y otros con miedo. Aun así, viendo la experiencia que tienen los veintidós jugadores que saltarán al campo el domingo, la inmensa mayoría seguro que se lo toma como una emoción divertida.

¿Qué ocurre cuando las emociones se descontrolan?

REAL MADRID - FC BARCELONA Juan Carlos Hidalgo (DIARIO AS)

Las emociones están presentes por su función evolutiva y su sentido biológico de supervivencia. Para concretar este punto, si la especie humana no sintiese temor ante animales peligrosos, probablemente no habríamos llegado hasta el día de hoy. La amígdala es la parte del cerebro encargada de disparar las emociones, como si fuese un automatismo en forma de agresión o huida ante una amenaza. Por ejemplo, ante una situación en la que Messi puede quedarse solo delante del portero, Sergio Ramos o Nacho pueden reaccionar a la amenaza con una falta que les suponga una tarjeta roja o pueden gestionar la situación con más calma, en función del devenir del partido.

Qué funciona y qué no funciona en el control de las emociones

Podemos pensar erróneamente que acciones como no pensar en lo que nos preocupa (en este caso, el gran clásico) es bueno para no dar rienda suelta a nuestra exaltación. Los estudios demuestran que es muy complicado apartar las emociones de nuestra cabeza. En el caso de los jugadores, éstos se suelen concentrar antes de los partidos, por lo que no apartan las emociones de su cabeza, sino que aprender a gestionarlas adecuadamente.

Asimismo, liberar la tensión acumulada por otras vías o actividades tampoco es beneficioso según un estudio, incluso puede resultar negativo ya que no tranquilizan las emociones. De igual forma, no es efectivo presionarnos para tener pensamientos positivos, como pensar en una victoria de cara al partido. Lo que sí puede ayudarnos es buscar la parte positiva de cada situación.

Lo que sí funciona es recordar nuestras virtudes y éxitos del pasado. Los jugadores se sentirán más calmados si piensan en que han sabido amenizar situaciones anteriores en partidos complicados, incluso si han alcanzado la victoria. La gente con mayor control emocional usa la autoafirmación cuando la intensidad de sus emociones es todavía baja y tienen tiempo para analizar otros puntos de vista de cara a la situación. Otro aspecto que también ayuda es la técnica de la distracción, que consiste en desvincularnos de la emoción negativa centrándonos en pensamientos más neutrales. De igual manera, pensar en el futuro más inmediato es eficaz para mantener el autocontrol, y ponernos en lo peor que podría pasar nos ayuda a relativizar las emociones y mantener la calma.