DE MENTE

El dinero no da la felicidad; salir dos veces a la semana con los amigos, sí

La ciencia ha estudiado lo que de verdad nos hace sentir bien; incluso hay un tope máximo de dinero a partir del cual eres menos feliz

Superadas épocas de hambruna y limitación, sería previsible que ahora fuésemos un poco más felices de lo que éramos hace 50 años. Sin embargo, no es así. La felicidad es un estado mental subjetivo que poco tiene que ver con lo material y que se nutre de lo sencillo de los amigos y de vivir con un relativa sensación de bienestar y plenitud. Así lo concluyen especialistas de muy distintas ramas.

Hace apenas unas semanas se celebró en Londres una conferencia internacional basada en los resultados del importante estudio Los orígenes de la felicidad realizado en la London School of Economics and Political Science y dirigido por el afamado economista británico Richard Layard. El autor es todo una eminencia especializada en la economía del bienestar y el estudio de su influencia en los pilares de la sociedad. Piensa que, aumentando la felicidad, abriremos una puerta de salida a los peores males de la humanidad, incluida la pobreza.

Sus enunciados son muchos, pero algunos de los más importantes se refieren al peso específico de las prioridades que tenemos en nuestra vida, a menudo erradas por estar demasiado centradas en el dinero y en asuntos materiales, y no tanto en aspectos más emocionales y relacionados con el bienestar. "La evidencia prueba que las cosas que realmente afectan a nuestra felicidad y a nuestra desdicha son nuestras relaciones sociales y nuestra salud mental", ha declarado. En otras palabras: lo más importante son la salud y los amigos. Realidades que, por cierto se retroalimentan entre sí.

El efecto de los amigos en la salud psicológica e incluso física parece estar ampliamente contrastado. Eso sí, los amigos tienen que ser de verdad, tal y como explica Daniela Pittman, fundadora en España de The Happiness Seminar y discípula del gurú de la psicología positiva Tal Ben-Shahar: "Es mucho más saludable contar con tres buenos amigos reales que con novecientos amigos en Facebook, muchos de los cuales apenas conocemos más allá de su foto reciente de perfil", asegura. En cambio, "tener esos tres o cuatro amigos de calidad que te aprecian y apoyan, libera mucho del estrés y la ansiedad de la vida diaria". Esta idea ya fue constatada en un estudio realizado en la Universidad de Oxford (Reino Unido).

"Es mucho más saludable contar con tres buenos amigos reales que con 900 amigos en Facebook. Tener amigos de calidad libera de mucho estrés y ansiedad"

Daniela Pittman, psicóloga

En él llegaron incluso a cuantificar el número de veces que debemos ver a los colegas, concluyendo que los hombres que salen dos veces a la semana con sus amigos están más protegidos frente a la depresión. Por ello, la experta recomienda "nutrir las relaciones sanas y afectivas, recordando siempre que calidad es mejor que cantidad".

En cuanto a la salud física, Pittman apostilla que "las personas que viven solas enferman más y tienden a fallecer prematuramente", como también afirmara en su momento Martin Seligman, psicólogo estudioso de la depresión y artífice de la teoría de la indefensión aprendida. "El apoyo social sirve, a estos efectos, de vacuna contra la enfermedad y en cierto modo es garante de una vida más longeva". Por el contrario, la falta de amigos y seres queridos "le hace a uno mucho más vulnerable de padecer enfermedades mentales como la depresión y la ansiedad", añade la que también es profesora de psicología en el Instituto de Empresa.

Sin pretender entrar en tópicos, el dinero no da la felicidad. Aunque es cierto que resta algo de ansiedad a las contrariedades propias de la vida, sólo lo hace hasta cierto punto, y parece que a partir una determinada cantidad puede ser incluso contraproducente en lo que al estado de ánimo se refiere. Investigadores de la felicidad de la Universidad de Princeton (EE UU) llevaron a cabo un ambicioso estudio con 450.000 personas demostrando que poder contar con una cierta cantidad de dinero para satisfacer necesidades básicas y educación nos alivia estados de ansiedad. Pero en este mismo experimento, de 2010, los autores concluyeron también que, en el momento en que un norteamericano gana más de 75.000 dólares anuales, no incrementa su nivel de felicidad, sino que lo disminuye, y lo hace más susceptible de padecer depresión.

Lo importante, añade Pittman, es no perder el norte a la hora de jerarquizar los valores que verdaderamente afectan a la felicidad. Estos son sus consejos para tener una vida subjetivamente más plena:

Disfrutar del momento

"Con frecuencia sacrificamos el camino por el destino", explica. Es decir, pocas veces realmente disfrutamos del momento. Técnicas como la meditación y el mindfulness "nos ayudarán a estar más presentes en la realidad y a saborear los pequeños instantes del ahora, en vez de obsesionarnos con el mañana".

Aceptar que la realidad es cambiante

"También la felicidad es variable". Si hoy tienes el corazón contento y lleno de alegría, disfrútalo porque lo que ahora te provoca felicidad hoy no tiene por qué funcionar mañana, y hasta la gente más feliz del mundo pasa por momentos claroscuros.

Tienes algo que decir respecto a tu propia felicidad

Igual que uno puede bajar su nivel de colesterol voluntariamente a través de una dieta, conviene saber que la felicidad está, en parte, bajo nuestro control. Es decir, que no sólo depende de factores externos, sino también de uno mismo.

Pasar tiempo con los amigos

La mayoría de la gente descubre demasiado tarde que las posesiones materiales se acompañan de una felicidad temporal, mientras que cultivar amistades verdaderas y compartir experiencias positivas con seres queridos atraen la felicidad permanente.

En resumen, y por si te lo estás pensando: si quieres ser feliz, mejor invertir en un viaje de esquí con amigos que en el nuevo smartpone de moda. Tu salud te lo agradecerá.