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¿Sales a la montaña? Descubre si lo tuyo es genuina pasión por la naturaleza o pura pose

El montañismo es una de las actividades deportivas ‘amateur’ con más seguidores en España. Pero no todos los que se echan al monte lo hacen con el mismo objetivo

Según la Encuesta de Hábitos Deportivos el 31,9% de los españoles ha practicado senderismo y montañismo en el ultimo año. Es más, el 19,4% tiene en casa útiles de alpinismo. O sea, unos 9 millones de compatriotas con aperos para echarse al monte. "En los últimos años los deportes de montaña se han popularizado mucho", explica Francesc Estorach, director de márquetin de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME). Son una buena opción para cuidar la salud cardiovascular, como resalta un estudio de la Universidad de Sangmyung (Corea del Sur). "Pero el medio natural tiene sus reglas y sin una preparación adecuada, tanto física como técnica, comporta una serie de riesgos", advierte el experto. "La cultura de montañero se adquiere poco a poco, a ser posible, con el asesoramiento de expertos. Este punto es vital si pensamos iniciarnos en la alta montaña".

Estorach hace suya la voz de muchos amantes de la naturaleza y lamenta el poco respeto que muestran algunos por el medio silvestre. "La presencia de desaprensivos ruidosos y, a menudo poco respetuosos con la fauna y la flora, degrada el medio ambiente, lo ensucia y amenaza gravemente esa biodiversidad que, por otra parte, ya sufre muchas más agresiones debidas a la presión demográfica y al cambio climático".

Sí, la montaña hace tiempo que dejó de ser ese mítico punto inexpugnable donde solo se adentraban seres místicos, esforzados y silenciosos conocidos como montañeros. Ahora en ciertas cotas hay más jarana que en un after. Lo mismo la culpa la tienen Bono y todos los de U2, venga entonar aquello de "I have climbed the highest mountains" ("He subido las más altas montañas", de I still haven't found what I'm looking for). ¿Eres de los que piensa que si el cantante irlandés tira al monte, tú no vas a ser menos? Te proponemos un test para ver cómo te llevas con cumbres y aledaños.

En las cumbres, unos y otros se cruzan, y el verdadero amante de lo verde se horroriza ante determinadas prácticas de quienes se echan al monte para reforzar su vanidad o simplemente lo usan para descargar adrenalina. Como deambular por zonas no señalizadas. "Se agrede el medio natural: se molesta a la fauna y se arriesga la flora autóctona", dice Estorach. O como apostarlo todo al GPS. "Conocer las técnicas de orientación y de navegación con el uso del mapa y la brújula son imprescindibles para moverse en zonas desconocidas con la máxima seguridad". O como dejar los excrementos allí donde caen (tardan un año entero en degradarse). Lo mejor, cavar un hoyo y enterrarlos. "A unos 20 centímetros de profundidad es suficiente. Así se acelera su descomposición y se evita que lleguen al agua y contaminen los acuíferos", enseña Kathleen Meyer en su libro Cómo cagar en el monte (Desnivel, 2002). Antes de esbozar una risita que sepas que este manual lleva vendidas más de 2,5 millones de copias en todo el mundo. En España va por la 6ª edición. Porque coronar el Everest solo lo logran unos pocos. Pero lo otro, lo hacemos todos.