El influencer y escalador polaco Marcin Banot, conocido por sus temerarias aventuras urbanas, ha sido expulsado de Argentina tras ser arrestado por escalar sin autorización un edificio en Puerto Madero. La hazaña, que involucró la subida de más de 20 pisos sin ningún equipo de seguridad, le ha valido una prohibición de ingreso al país durante los próximos tres años, según informaron las autoridades locales.

Banot, de 36 años, fue detenido el pasado lunes por violación de domicilio, tras ser sorprendido trepando uno de los rascacielos más altos de Buenos Aires. El Juzgado Penal, Contravencional y de Faltas N° 10, bajo la dirección del juez Pablo Casas, dictó la medida de expulsión y le exigió que abandonara el país de inmediato. Además, el escalador deberá difundir una petición de disculpas públicas en sus redes sociales y canal de YouTube, en un mensaje cuya redacción será acordada con el Ministerio Público Fiscal (MPF) de la Ciudad.

El escalador también ha realizado una donación al Cuerpo de Bomberos del Gobierno de la Ciudad como parte de su reparación. Banot entregó la cámara GoPro utilizada para grabar su ascenso ilegal, así como dos memorias digitales que contenían los registros de su arriesgada aventura. En un vídeo divulgado por el periodista Mauro Szeta, Banot expresó su arrepentimiento, calificando su conducta de “peligrosa” y admitiendo que no consideró las posibles repercusiones de sus actos.

El Ministerio Público Fiscal también ha impuesto pautas de conducta adicionales, obligando a Banot a fijar residencia en un lugar designado y someterse a evaluaciones periódicas por parte del Departamento de Control de Suspensión del Proceso a Prueba. Su oferta de compensar los daños con un pago de 100 dólares fue rechazada por la querella, que consideró insuficiente la propuesta.

Este incidente no es el primero en la carrera de Banot, quien ha ganado notoriedad en redes sociales por escalar sin permiso emblemáticos edificios alrededor del mundo, incluyendo la Torre Eiffel en París y el Burj Khalifa en Dubái. Sin embargo, su última aventura en Argentina le ha costado no solo la entrada al país durante tres años, sino también una considerable cantidad de equipo personal.

La comunidad de seguidores de Banot ha reaccionado con una mezcla de apoyo y críticas, reflejando el controvertido impacto de su estilo de vida extremo. Por su parte, las autoridades argentinas han subrayado la importancia de seguir las leyes locales y asegurarse de no poner en riesgo la seguridad pública con tales acciones.

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