La polémica está servida. Zeke ha publicado un vídeo en Instagram cargando contra los que él llama “filmers random”. O lo que sería lo mismo, camarógrafos que acuden a un lugar donde rompen olas grandes el mejor día del año, lo graban todo y ese mismo día lo suben sin editar a YouTube. En concreto, el surfista de San Diego dice que “estoy harto de todos estos filmers random que aparecen de la nada en el día del año, filman el spot, se van a casa y lo suben a YouTube esa noche. Están arruinándolo todo”.

Con ese arruinándolo todo a que lo hacen “incluso si los profesionales están ahí fuera guardando clips para una película”. Por lo tanto, les destrozan la exclusiva. “Salimos allí y ponemos nuestras vidas en riesgo, arriesgamos todo, pagamos a los filmers para que nos graben... y luego, cuando voy a casa a editar mi vídeo, ya hay 10 vídeos RAW de la sesión con los mismos clips”, afirma enfadado. Y añade: “Respeta a los surfistas. Respeta los picos. Respeta a los locales.”

La acusación va un paso más allá, aunque no llega a especificar por quién lo dice: “No quiero decir nombres, pero todos sabemos quién es. Un tipo que sube un vídeo en crudo de la sesión el mismo día. Todos los mejores clips de los profesionales que podrían estar guardando para una maldita película... directo a YouTube esa noche, y luego va Stab [Magazine] y lo promociona”. Y le amenaza: “Lo llevaste demasiado lejos, hombre, y todos en mi ciudad natal están enfadados contigo por ello”.

Para acabar afirma que “tenía que decir algo al respecto, porque nadie más va a hablar. No me importa lo que la gente piense. Estoy harto de estos filmers patéticos que nos roban el crédito”.

Obviamente Zeke ha recibido muchos apoyos, pero también hay quien le explica que gracias a estos vídeos -que hoy en día están en todas partes y no son algo exclusivo de una persona- también han ganado repercusión y visibilidad, algo de lo que dependen para ganarse la vida como surfistas. Incluso hay quien va un poco más allá y culpa a la manera de consumir actual, que premia la inmediatez por encima de la calidad y de las historias. El caso es que hay debate, está claro.