Skim en la playa más mortífera de México
Blair Conkling y Zac Henderson desafían en Cabo San Lucas un shorebreak considerado letal, con olas explosivas, fondo cambiante y sesiones de riesgo extremo.
La definición de “playa más mortífera de México” no es un recurso exagerado para llamar la atención, sino una descripción que los propios riders emplean para resumir la violencia del shorebreak de Cabo San Lucas. En este tramo de costa, la combinación de olas que rompen directamente sobre arena dura, corrientes imprevisibles y rocas semienterradas convierte cada entrada al agua en un ejercicio de precisión absoluta. El titular del vídeo, adoptado aquí como encabezado, responde justamente a esa mezcla de potencia, imprevisibilidad y peligro real que caracteriza al lugar.
En su última visita, Blair Conkling y Zac Henderson volvieron a comprobar por qué la zona es temida incluso entre deportistas experimentados. Desde la primera sesión, ambos sufrieron impactos severos mientras intentaban posicionarse. Según describieron, recibir un golpe directo en la cabeza o quedar atrapado en un doble rebote de ola es algo habitual, y salir indemne del impacto con la arena es casi una victoria. La humedad extrema de octubre, sumada a un calor que superaba los 40 grados, hizo todavía más dura la jornada. Conkling lo resumió señalando que dentro del agua “el sudor y el mar se vuelven uno”, una sensación que ilustra la exigencia física del entorno.
Uno de los momentos más llamativos fue el intento de Henderson de completar un 720, una maniobra inédita sobre arena compacta que habría marcado un precedente en el skimboard. Aunque consiguió rotar con limpieza, perdió tracción en el último instante. Aun así, la secuencia evidencia la ambición técnica con la que ambos afrontan estas sesiones.
El fondo cambiante añadió aún más incertidumbre. En abril, la zona era completamente profunda, pero ahora se encontraba cubierta de arena, alterando la forma en que las olas explotaban sobre la orilla. La variación obligó a reajustar cada aproximación y aumentó el riesgo de chocar con rocas ocultas, algo que llegó a provocar varios cortes durante el día.
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Entre golpes, maniobras fallidas y algunas entradas espectaculares, la sesión reafirmó el estatus de esta playa como uno de los escenarios más peligrosos del país para el skim, y también uno de los más hipnóticos.
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