Natxo Gonzalez, uno de los grandes exponentes del surf de olas gigantes, sufrió dos lesiones cerebrales que casi le ponen fin a su carrera. En un relato sincero y emotivo de este verano en Surfer, el de Plentzia detalla su lucha contra unas conmociones que lo llevaron a la oscuridad, y cómo está luchando por volver a su pasión.

“Pensé que sería el mejor tubo de mi vida”, recuerda Natxo sobre la primera de dos caídas en 2021 en Puerto Escondido, México. La ola, de proporciones épicas, lo golpeó brutalmente en la cabeza mientras estaba en el tubo, dejándolo con dolores de cabeza, vómitos y mareos. A pesar de los síntomas, el vasco decidió volver al agua poco después, subestimando la gravedad de la lesión. “Este era mi trabajo, me sentía bien, así que empecé a surfear de nuevo.”

Ese mismo año, en noviembre, Gonzalez enfrentó su segundo golpe, esta vez en Nazaré, el templo del surf de olas gigantes. “Fue la caída más fuerte de mi vida; me levanté ciego. No recuerdo todo, pero Twiggy Baker me arrastró al trineo y le dije: ‘Estoy lesionado, esta es grave’.” Las secuelas fueron devastadoras: visión borrosa, vómitos y migrañas que duraron meses. Aunque logró ganar eventos importantes como El Quemao Class en 2022, Natxo confiesa que “no importaba. Me sentía raro y sabía que tenía que parar.”

A medida que los meses pasaban y los síntomas empeoraban, González buscó respuestas. “Vi la película de Sterling Spencer sobre su conmoción cerebral y me impactó cuando dijo que si no trabajas en ella, puedes morir, ya sea por la lesión o por la depresión.” Fue entonces cuando se dio cuenta de la gravedad de su situación. La depresión se apoderó de él. “Mi única meta era, en algún momento, poder sentarme con un amigo a tomar un café sin dolor.”

Después de visitar varios médicos en España sin éxito, fue gracias al apoyo de Red Bull que su recuperación tomó un giro positivo. La marca lo llevó a Suiza y luego a un centro de alto rendimiento en Austria, donde desarrollaron un plan de tratamiento especializado para su cerebro. “Me ayudaron con todo lo que necesitaba. Fue un cambio de vida.”

Hoy, aunque no está completamente recuperado, Natxo Gonzalez ha vuelto al agua. En julio decía que “hace poco estuve en Indo surfeando tubos de dos metros sin dolor. Mentalmente estoy bien y quiero volver a las olas grandes, pero con esta lesión he aprendido a no hacer planes.” Aunque el camino ha sido largo y lleno de altibajos, Natxo sigue adelante, esperando volver a donde pertenece: las olas más grandes del mundo. Y como dijimos, lo hace fichando por Oxbow, que confía en él y en que saldrá de esta.

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