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Josh y Sierra Kerr: padre e hija a la caza de tremendas olas en Australia

El ex surfista profesional de 39 años y su hija de 17, ya profesional, viajan hasta la temible The Box para surfear juntos en olas que mueven toneladas de agua.

Sierra Kerr surfeando un tubo en en The Box (Australia).
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Marc Fontrodona
Nació en Barcelona en 1989. Se licenció en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona. Es el responsable editorial de AS Acción, el vertical de action sports del diario AS creado en 2016. Especialista y practicante de muchas de estas disciplinas, lleva contando historias de action sports desde hace más de una década.
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El año pasado, en Indonesia, Sierra Kerr lanzó una salvaje rotación completa en el aire que hizo estallar más de una cabeza. Una rotación que parecía sorprendentemente similar a las que su padre, Josh, solía ejecutar en el Championship Tour. Solo que mucho más joven. Y hace dos años sorprendió surfeando en las paradisíacas Mentawai y Bali.

Ahora, Kerr vuelve a estar en boca de todos los amantes del surf con un vídeo un tanto diferente. Este pasado 16 de febrero, Sierra cumplió 17 años, pero un poco antes de eso viajó hasta The Box (en Australia Occidental) junto a su padre -ex integrante del CT de la World Surf League- en un día con condiciones extremadamente pesadas. Si Sierra estaba nerviosa, apenas lo mostró. Más bien le hizo a papá algunas preguntas simples, remó y a por ello.

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“¿Los sets rompen en el mismo lugar?”, preguntaba por ejemplo Sierra mientras se preparaba para enfrentar las gigantes olas de The Box. “Exactamente así”, respondía Josh, compartiendo recuerdos de sus propias experiencias en The Box cuando era joven. Tras la sesión, nuevo intercambio de impresiones. “Conseguí un par de buenas”, comentó Sierra, quien añadía que “fue superdivertido estar allí”.

Por otro lado, Josh observaba con orgullo a su hija desde el agua: “Brutal compartir una sesión con la niña allí y verla despegar”, expresó. La historia de Josh y Sierra Kerr demuestra cómo el amor por el surf puede unir a padres e hijos en una pasión compartida por desafiar las olas más grandes y emocionantes del mundo. Y cómo el talento... a veces sí que se lleva en la sangre.

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