En las últimas horas, las localidades costeras de Imsouane y Tifnit, en Marruecos, han sido testigos de una creciente tensión y descontento entre la comunidad local y las autoridades, a raíz de la demolición de propiedades para dar paso a complejos turísticos, en lo que sería el lado oscuro que acompaña al auge del surf en el país norteafricano.

Imsouane Bajo Amenaza: Una Carrera Contra el Tiempo

El pintoresco pueblo de Imsouane ha sido golpeado por la noticia de que algunas de sus estructuras más antiguas y originales están siendo demolidas. La comunidad local, dependiente en gran medida del turismo, se encuentra ahora en una carrera contrarreloj para salvar no solo sus hogares y negocios, sino también la esencia misma de este lugar que ha atraído a surfistas de todo el mundo.

Sam Bleakely, un conocido experto en surf, advierte que estas demoliciones no solo eliminarán una parte significativa del encanto de Imsouane, sino que también desplazarán a residentes cuyas vidas están intrínsecamente ligadas a la identidad del pueblo.

Paralelos con Tifnit: la historia se repite

Este caso de Imsouane evoca recuerdos dolorosos de la reciente demolición de Tifnit, donde la comunidad pesquera fue desplazada y sus hogares fueron reducidos a escombros. Joel Tudor, tres veces campeón mundial de surf longboard, responsabiliza a surf camps, retiros de yoga y revistas en línea de dicha destrucción.

En un escrito publicado en Instagram, Tudor expresó su frustración y crítica hacia aquellos que, según él, contribuyeron al declive de Tifnit. “Todos ustedes, con sus retiros de yoga, campamentos de surf y revistas en línea que han impulsado este lugar (Tifnit) desde la pandemia... espero que estén felices ahora”, escribió el tres veces campeón mundial.

Llamada a la Acción

Ante la amenaza inminente, los residentes de Imsouane han lanzado una petición y una página de recaudación de fondos para resistir el desarrollo del mega complejo turístico. Los fondos buscan sufragar los costos legales locales y proporcionar ayuda a aquellos que se verán afectados por la demolición.

La comunidad internacional de surfistas y amantes de la autenticidad de estos lugares únicos se está uniendo en una muestra de solidaridad, recordando la importancia de preservar la autenticidad y el tejido social de estos destinos.

El lado oscuro

El caso es que el auge del surf en Marruecos, con sus olas reconocidas mundialmente, ha traído consigo beneficios económicos, pero también está dejando un rastro de destrucción y desplazamiento en su estela. El dilema entre el desarrollo turístico y la preservación de la identidad local se vuelve más evidente en cada demolición planificada.

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