Esquí en King’s Gate, “el canal más terrorífico del mundo”
En la isla ártica de Senja, Noruega, se encuentra The King’s Gate: un canal estrecho, empinado y técnico que ha sido bautizado como el más aterrador del mundo por quienes se atreven a descenderlo.
En el extremo norte de Noruega, donde las montañas emergen abruptamente del océano, se esconde uno de los descensos más extremos del esquí de montaña: The King’s Gate. Ubicado en la isla de Senja, este estrecho canal —o couloir, en la jerga del esquí— ha sido definido por el esquiador profesional Nikolai Schirmer como “el más terrorífico del mundo”.
El canal se encuentra en la cara este del monte Innerkingen y combina varios de los elementos más intimidantes del freeride alpino: una pendiente inicial de 60 grados, un salto obligatorio justo al cruzar el arco de roca natural que le da nombre, y una línea serpenteante tan angosta que apenas permite un giro controlado. Una maniobra mal calculada puede lanzar al rider directo contra la pared de granito.
“Esto no es sólo un canal técnico, es un lugar que exige compromiso total. Si no haces ese giro justo después del salto, terminas en la roca”, explicaba Schirmer en el documental publicado en su canal de YouTube, donde se registra el descenso junto a su compañero Christer.
La misión, grabada en marzo de 2020 tras una temporada de nevadas históricas, muestra el nivel de tensión, preparación y riesgo que implica enfrentarse a este tipo de líneas. “Estar aquí es como vivir un sueño… o una pesadilla, dependiendo de cómo te salga”, bromea Schirmer en uno de los tramos más tensos del vídeo.
Senja, la segunda isla más grande de Noruega, es conocida por su belleza salvaje y su potencial para el esquí de travesía. Aunque cuenta con una estación alpina modesta, su verdadero atractivo está en los descensos fuera de pista, muchos de ellos vírgenes y extremadamente técnicos.
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Quienes deseen explorar esta joya del Ártico deben contar con experiencia avanzada, equipo adecuado y, preferentemente, un guía local. Porque en Senja, el esquí se practica en su forma más pura y desafiante: cara a cara con la montaña y sus peligros reales.
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