En Japón quieren usar la nieve para generar electricidad

Aomori, conocida como la ciudad más nevada del mundo, presentó en 2022 un ambicioso proyecto para convertir su abundante nieve en una fuente de generación de electricidad. Esta propuesta surgió en respuesta a los desafíos que la ciudad enfrenta cada invierno, cuando las nevadas acumulan hasta 8 metros, dificultando el manejo y la disposición de este recurso.

La ciudad, ubicada en la región norte de Japón, recibe una cantidad de nieve que supera con creces la media global. Este exceso de nieve, que hasta ahora representaba un problema logístico y económico, se transformó en una oportunidad única para generar energía limpia. La innovadora solución fue desarrollada por Kojianoki, un profesor asociado de la Escuela de Ingeniería de Computación, quien propone utilizar el principio de la termo-sifón para aprovechar la nieve como fuente de energía.

El proceso se basa en un sistema que utiliza la diferencia de temperatura entre la nieve y el aire ambiente para generar movimiento en un fluido conductor de calor. El sistema consiste en llenar una piscina, ubicada en un sitio escolar en desuso, con nieve. En el fondo de esta piscina se instalan tubos que contienen un fluido especial. La nieve enfría el fluido en los tubos, mientras que la parte superior de los tubos se calienta por la energía solar. Esta diferencia de temperatura crea un flujo constante del fluido, que mueve una turbina conectada a un generador de electricidad.

Aomori comenzó a probar esta tecnología en 2023, con experimentos que se iban a extender hasta la primavera. Si los resultados son positivos, el sistema iba a escalarse tanto para aplicaciones industriales como para uso doméstico. Este enfoque podría proporcionar una solución económica y sostenible a la gestión de nieve en exceso, y a su vez, crear una fuente de energía limpia.

La implementación de esta tecnología también podría reducir significativamente los costos de gestión de nieve de la ciudad, que actualmente ascienden a millones de yenes anuales. Además, se preveía que la electricidad generada podría ser más barata que la obtenida a partir de paneles solares o turbinas eólicas.

Pero lo cierto es que más de un año después de estas pruebas no se ha sabido nada más. Ni para mal ni para bien. Lo más probable es que sigan probando o que se haya descartado.

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