Este verano se ha destapado un caso que ha sacudido a la industria del esquí. Un ex empleado de la fábrica de esquís Atomic en Altenmarkt am Pongau, Austria, ha sido acusado de robar casi 2.000 pares de esquís durante un período de 36 meses. Según informes de la prensa local, el trabajador, cuya identidad no ha sido revelada, presuntamente sustrajo esquís con pequeños defectos de fabricación para luego revenderlos a un precio significativamente reducido.

El caso salió a la luz recientemente gracias a una investigación del periódico Salzburger Nachrichten, que tuvo acceso a documentos judiciales del Ministerio Público de Salzburgo. Según estos documentos, el ex empleado de 57 años comenzó su operación ilícita en agosto de 2021, aprovechando su acceso a la línea de producción para llevarse esquís que no cumplían con los estándares de calidad de la empresa.

Se alega que el acusado, en complicidad con otra persona, vendía los esquís defectuosos a través de canales no oficiales por un precio aproximado de 50 euros por par, mucho menos del valor de mercado. Esta operación se mantuvo oculta hasta noviembre de 2023, cuando la dirección de Atomic se percató de la desaparición continua de los productos y despidió al sospechoso.

Posteriormente, una redada policial en la residencia del acusado reveló la existencia de unos 300 pares de esquís almacenados, lo que llevó a la empresa a presentar cargos en su contra. Tanto el ex empleado como su presunto cómplice enfrentan ahora la posibilidad de recibir penas de hasta tres años de prisión. El juicio está en curso, y se espera que el veredicto arroje luz sobre la gravedad de las acusaciones y las posibles repercusiones para los involucrados.

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