Pintos WHAT enseña a “saltar al agua sin hacerse daño”
El rider de parkour e influencer publica un vídeo en el que explica todo lo que hace antes y durante un salto al agua para evitar lesiones.
En un entorno donde la espectacularidad muchas veces eclipsa la seguridad, el creador de contenido y rider de parkour Pintos WHAT ha decidido hacer una pausa y hablar en serio. Su último vídeo de YouTube, titulado “Todo lo que necesitas saber para saltar al agua sin hacerte daño”, es una guía exhaustiva sobre cómo minimizar riesgos en los saltos desde altura, una práctica habitual en el mundo del parkour, el cliff diving y otros deportes “extremos”.
“Este vídeo no es para tener visitas, es para que no os matéis”, advierte desde el inicio, en un tono firme pero cercano. A lo largo de casi nueve minutos, Pintos repasa los errores más frecuentes, da consejos técnicos y subraya la importancia de una progresión consciente, alejada del impulso de la viralidad.
Medir la profundidad: paso uno
El primer y más insistente consejo es evidente, pero muchas veces ignorado: comprobar la profundidad del agua. “Si no cubre, no se puede saltar”, afirma rotundo. Para ello, explica dos métodos. Si hay buena visibilidad, se puede utilizar unas gafas de buceo. Si no, enseña una herramienta casera pero efectiva: una cuerda con una piedra atada, que él tiene marcada por metros, para saber exactamente cuánto cubre el fondo.
Pero no basta con mirar justo donde se va a caer. “Hay que revisar toda la zona, porque puede cubrir aquí pero no allí, y basta un pequeño error para caer en una roca”, insiste.
Además, no se trata solo de saber la profundidad, sino qué hay en el fondo: piedras, fango, ramas o incluso, según cuenta por experiencia, “coches y farolas”. Todo debe ser identificado antes de lanzarse.
Cortados sí, barrancos no
Una distinción clave que introduce Pintos es la diferencia entre tipos de salto. Lo ideal, dice, es que sea desde un cortado limpio, es decir, una caída vertical directa al agua. Los saltos estilo barranco, donde hay que avanzar horizontalmente para llegar al punto donde cubre, son mucho más peligrosos: “Si no llegas, caes en la roca. Y si caes en la roca, te haces muchísimo daño”.
Recomienda evitar por completo cualquier salto donde no se pueda llegar al agua sin avanzar en el aire. Incluso en un spot que él domina, advierte que solo salta desde ciertos ángulos porque sabe exactamente dónde está el peligro.
Técnica y preparación
Una parte fundamental del vídeo se dedica a la técnica de despegue, algo que, según Pintos, la mayoría no considera. “Hay que saber con qué pie vas a saltar, sobre todo si vas corriendo. Los últimos tres o cuatro pasos son clave”, explica.
Recomienda saltar con los pies juntos y desde el borde, agarrando ligeramente con los dedos para tener más control. “No mojes la roca desde donde vas a saltar. Si está empapada, resbala mucho más. Parece evidente, pero la gente no se da cuenta”.
También muestra claramente cómo no se debe saltar, con ejemplos visuales de posturas incorrectas y cómo corregirlas.
Progresión y aprendizaje
Lejos de promover retos extremos, Pintos es tajante en la importancia de la progresión. “No se trata de saltar desde más alto ni de hacer más mortales. Se trata de estar lo más seguro posible, para poder seguir haciéndolo durante mucho tiempo”.
Sugiere empezar desde alturas bajas e ir subiendo de nivel con calma, incluso si eso lleva semanas. Y si no se tiene claro un salto —por ejemplo, pasar de 4 a 8 metros sin estar cómodo—, simplemente no hacerlo: “Tenéis todo el tiempo del mundo. No hay ninguna prisa”.
Para quienes quieren aprender acrobacias, recomienda comenzar en entornos controlados como parques de camas elásticas o gimnasios con fosos de espuma. “En el agua, aprender es doloroso. Te das planchazos, lo digo por experiencia”, comenta con sinceridad.
Educación, no censura
El vídeo también lanza un mensaje hacia los críticos que acusan a los creadores de “incentivar” conductas peligrosas: “No se trata de no subir este tipo de cosas a las redes, sino de educar. Porque en internet se ven millones de cosas, y el problema no es de quien lo hace, sino de quien lo imita sin preparación”.
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Con un enfoque educativo y honesto, Pintos convierte un contenido de riesgo en una herramienta para la concienciación. “Que nadie se me mate”, cierra con tono entre serio y humorístico, dejando claro que la adrenalina y la responsabilidad no solo pueden, sino que deben convivir.
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