El 31 de octubre, el alpinista eslovaco Ondrej Huserka perdió la vida en una grieta de la montaña Langtang Lirung, en el Himalaya, durante el descenso que realizaba junto a su compañero, el checo Marek Holecek. Ambos escaladores habían logrado abrir una nueva ruta en la imponente cara este de la montaña, tras seis días de intenso trabajo en condiciones extremas.

Según relató Holecek en redes sociales, el accidente ocurrió alrededor de las cuatro de la tarde. Ambos estaban descendiendo utilizando anclajes en el hielo conocidos como hilos de Abalakov. Cuando fue el turno de Huserka, el anclaje cedió, y el eslovaco cayó primero unos ocho metros, impactando contra una superficie inclinada antes de deslizarse aún más hacia el fondo de una grieta.

En un esfuerzo desesperado, Holecek descendió para asistir a su compañero y permaneció con él durante horas, hasta que “su luz se apagó”, según describió. El checo relató la tragedia en un emotivo mensaje donde detalló cómo, tras lograr alcanzar a Huserka, intentó liberarlo y brindarle ayuda. Sin embargo, las graves lesiones en la columna de Huserka hicieron imposible el rescate, y finalmente falleció en los brazos de su amigo y compañero de escalada.

Holecek también explicó que los intentos de rescate posteriores realizados por amigos y compañeros de Huserka, en esa zona tan remota y peligrosa, les puso en peligro. “No hay rescate que reviva a quien ya no respira”, escribió.

El mundo del alpinismo lamenta la pérdida de Ondrej Huserka, un escalador talentoso y querido por su carácter positivo.

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