Instalan un peaje para senderistas en los saturados Dolomitas
Agricultores locales colocan un torno de acceso en el monte Seceda para frenar la masificación y reclamar apoyo ante la inacción política.


En pleno corazón de los Dolomitas, sobre las laderas del monte Seceda, un grupo de agricultores locales ha decidido actuar por su cuenta ante la creciente masificación turística. Desde julio, un torno metálico similar al de un metro urbano bloquea el paso a la Forcella Pana, cobrando cinco euros por persona. La medida, inicialmente retirada tras pocos días, volvió a instalarse ante la falta de respuestas de las autoridades y el flujo incesante de visitantes: más de 8.000 diarios, atraídos por las vistas y la foto perfecta para redes sociales.
El fenómeno comenzó años atrás, cuando Apple utilizó una imagen del Seceda como fondo de pantalla en sus dispositivos. Desde entonces, el sendero se ha convertido en un imán turístico, con escenas tan insólitas como parejas vestidas de novios posando frente a las agujas de las Odle. “En cualquier otro lugar del mundo, la gente paga; a nosotros solo nos piden que limpiemos”, denuncia Georg Rabanser, excampeón de snowboard y uno de los impulsores de la iniciativa, en declaraciones a Corriere della Sera.
Excédés par le surtourisme, des locaux installent des tourniquets payants en Italie !
— Vakita (@vakitamedia) August 7, 2025
Ces dernières semaines, des files d'attente pouvant atteindre 4000 personnes s’étiraient le long du sentier menant au mont Seceda.
Pour dissuader les visiteurs de pénétrer sur leurs terrains… pic.twitter.com/xORnGJzqI7
Los agricultores, dueños de los terrenos, afirman que el objetivo no es lucrarse, sino llamar la atención sobre la saturación y financiar el mantenimiento de la zona. Sin embargo, las autoridades provinciales y municipales discrepan sobre quién debe intervenir, bloqueando cualquier solución inmediata. Mientras tanto, solo se han colocado carteles informando de una ruta alternativa para evitar el peaje.
Chiara Baù, guardabosques local, advierte que el problema va más allá de la congestión: “El monte sufre un desgaste constante. La erosión y la basura amenazan su equilibrio natural”. La reciente evacuación de un centenar de turistas por un desprendimiento vinculado al deshielo del permafrost ha reforzado el mensaje de que estas montañas son frágiles.
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La polémica divide opiniones entre quienes ven el peaje como una medida necesaria y quienes lo consideran ilegal en un área protegida. Pero todos coinciden en que la situación actual es insostenible. Encontrar un equilibrio entre turismo y conservación se ha convertido en un desafío urgente para preservar la belleza de uno de los paisajes más icónicos de Europa.
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