44,3 metros: la pugna por el récord en Death Diving, descontrolada
El francés Côme Girardot supera de nuevo al noruego Ken Stornes. Esta vez por casi 4 metros y en España. En concreto, en la cascada de Cimbarra, en Jaén.
El mundo del death diving ha sido sacudido nuevamente por una proeza asombrosa. El francés Côme Girardot, de 22 años, ha establecido un nuevo récord mundial al lanzarse desde 44,3 metros en la cascada de La Cimbarra, ubicada en Aldeaquemada, Jaén. Este salto deja atrás al noruego Ken Stornes, quien ostentaba el récord anterior con un salto de 40,5 metros.
Girardot compartió su hazaña en redes sociales, donde el vídeo del salto se viralizó rápidamente. La modalidad conocida como death diving, que literalmente sería “salto de la muerte”, es una de las más extremas y peligrosas del mundo (si no se realiza correctamente), y solo está reservada para atletas con una preparación física y mental impecable. Y de hecho, la cascada de La Cimbarra, con su entorno rocoso y aguas frías, ha sido escenario de accidentes en el pasado, lo que incrementaba aún más el riesgo.
“La caída de Girardot duró 3 segundos, en los que alcanzó una velocidad de 106 km/h antes de impactar con el agua”, según informan los propulsores del récord. A pesar de lo aterrador que pueda sonar, el joven francés aseguró que lo más desafiante fue el trabajo mental previo. En una entrevista, Girardot confesó: “El tiempo en el aire fue mucho más largo de lo que esperaba”. Estuvo acompañado por su equipo, entre ellos, su amigo y antiguo “rival” Ken Stornes, y el también saltador Lucien Charlon.
Este salto no fue un simple golpe de suerte. En su cuenta de Instagram, donde la publicación ha acumulado ya millones de reproducciones, Girardot explicó que había estado planificando esta hazaña durante ocho meses. “Unirme al club de los 40 ha sido mi objetivo desde mi último récord mundial de 36 metros...”, escribió en referencia a su anterior marca, establecida en julio de 2023.
Stornes, quien hasta hace poco era el indiscutido rey del death diving, también se había coronado como campeón al romper el récord mundial en varias ocasiones. En agosto de 2021, se lanzó desde 31,3 metros, y más tarde, en Noruega, consiguió la impresionante altura de 40,5 metros, lo que consolidaba la supremacía de los saltadores noruegos en este deporte.
Sin embargo, con este último salto, Girardot ha dejado claro que el death diving no tiene un dueño único. Aunque la rivalidad entre el francés y el noruego ha sido el centro de atención, ambos atletas comparten el mismo respeto por la disciplina y el deseo de llevarla a nuevas alturas. Y por el momento parece que no tienen límite.
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