A principios de mayo, Bodhi Mani Risby-Jones fue detenido en Aceh (Indonesia) por, según los testigos, “salir desnudo y borracho de su hotel”, agredir al guarda de seguridad, a varias personas del puebo y especialmente a un pescador al que le arrojó su moto encima y le tuvieron que poner 50 puntos de sutura en el pie. Un grupo de locales lo acabó parando y posteriormente intentaron incendiar el complejo en el que se alojaba. Se iba a enfrentar a un juicio en el que se le podían pedir hasta 5 años de prisión o 40 latigazos, entre otras cosas.

Tras un mes en prisión, el surfista de 23 años de Queensland (Australia) ha comunicado a los medios australianos que ha llegado a un acuerdo con la víctima. La familia pedía una indemnización de 60.000 dólares australianos (unos 35.000 euros) para no ir a juicio. Finalmente, en una reunión de reconciliación, se acordaron que fueran 25.000 dólares australianos (unos 15.000 euros).

Risby-Jones lo valoraba como "muy positivo" y reconocía que "estar en una prisión de Indonesia durante un mes ha sido duro física y mentalmente, pero creo que estoy bien". Lo hacía esposado y acompañado de la policía, ya que la última palabra para su liberación la tiene el Fiscal General, que debe decidir si la indemnización es suficiente y se puede ir a casa en máximo 15 días o si presiona para que pague con prisión.

La indemnización, por cierto, incluye también el pago de una ceremonia “de limpieza” en el resort en el que se alojaba que comprende el sacrificio de una vaca. Entre los gastos están los 30 kilos de arroz y especies y los gastos de cocina de esta ceremonia.