En el surf hay historias muy alegres e historias muy tristes. La vivida esta semana en Frazer Beach, Nueva Gales del Sur (Australia) es de las segundas. Según explican los medios locales, a pesar de que había olas potentes y una fuerte corriente en la parte central de la playa, una pareja bajó hasta la orilla con su hija de 5 años y la mujer -de unos 40 años- decidió meterse en el agua. Al poco estaba en problemas.

Así lo vieron los surfistas Shaun McKeachie y Bodhi King, que quedaron tras el trabajo para ir a surfear y cuando estaban mirando las condiciones de la playa vieron toda la escena. En concreto aseguran que el marido entró acto seguido al agua para salvar a su mujer y se vio atrapado por la misma corriente. Los surfistas entraron al agua con sus tablas y fueron a salvarles.

Primero fueron a por la mujer. "Cuando la subimos a la tabla para sacarla del agua ya no respondía", asegura uno de los surfistas a 7NEWS. Luego intentaron salvar al hombre y ya en la orilla intentaron reanimarles, sin éxito. Pero la peor parte es que su hija, de 5 años y autista, lo estaba viendo todo. En casa había otra segunda niña, con una cuidadora, también con autismo. "Hicimos todo lo que pudimos, pero no fue suficiente", concluían los surfistas.

Los servicios de emergencia llegaron cuando ya no había nada que hacer. También lo hizo la policía, que preparó un informe al respecto. La tragedia tuvo lugar tan solo tres horas después de que un hombre de 60 años se ahogara en Forresters Beach, unos 34 kilómetros al sur. Desde diciembre ya se han ahogado 19 personas en las costas de un paraíso del surf como New South Wales. Todos en playas sin vigilancia, donde los surfistas a menudo se convierten en héroes, aunque en esta ocasión no fuera así.