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KITESURF

Canva no existiría sin el kitesurf: la historia de Melanie Perkins

Hasta 100 inversores rechazaron el proyecto de la CEO y fundadora de una de las startups más potentes del mundo. Aprendió kitesurf y todo cambió.

Actualizado a
Melanie Perkins, la CEO y fundadora de Canva, sonriendo a cámara en una foto de perfil con un graffiti al fondo.
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Melanie Perkins nació un 13 de mayo de 1988 en Perth (Australia). Hija de un ingeniero y una profesora, su sueño era ser patinadora profesional. Pero con 14 años ya se vio que su vida podía ir por otro lado, cuando montó su primer negocio: vendía bufandas hechas a mano. Luego, mientras estudiaba en la Universidad de Perth, impartía clases de diseño. Allí se dio cuenta de que programas como Photoshop o Indesign le parecían complejos. Con tan solo 19 años se puso como objetivo mejorar la accesibilidad al diseño gráfico, un leitmotiv que marcaría su vida.

En la misma universidad y junto a su novio (hoy en día su marido) y un grupo de voluntarios crearon una plataforma para crear anuarios de estudiantes a partir de plantillas: Fusion Books. La oficina era el salón de casa de su madre y funcionaba muy bien (hoy en día todavía funciona). Su idea, pero, era más ambiciosa, solo que para llevarla a cabo necesitaba financiación. Asegura que trató de venderla a más de 100 inversores y no se la compró nadie.

En una visita del inversor tecnológico Bill Tai (Tweetdeck o Zoom) a Australia, para hacer de jurado de un premioy practicar kitesurf, fueron a verle. Consiguieron acercarse a él, pero no obtuvieron dinero, sino algo mejor: entrar en su grupo de kitesurf. El inversor le aconsejó que aprendiera porque los inversores de capital riesgo que podían poner dinero practicaban este deporte. Le hizo caso, se puso a entrenar y a navegar con ellos y funcionó.

Le abrieron las puertas de Silicon Valley, donde encontraron al diseñador de la plataforma (el ex de Google Cameron Adams) y a su principal asesor (el confundador de Google Maps Lars Rasmussen). Recaudaron 3 millones de dólares en la ronda de finaciación y en 2013, con un cambio de nombre se lanzó Canva. En el primer año ya tenían 600.000 usuarios activos. Hoy en día más de 60 millones al mes de manera gratuita y 500.000 equipos que pagan el premium de una plataforma en la que se realizan más de 100 diseños cada segundo. Está en el Top5 de startups del mundo y valorada en más de 40.000 millones de dólares. Y como mujer, con una perspectiva clara con los protocolos: eliminó los sesgos de género en los procesos de selección y tienen más de un 40% de mujeres en plantilla, frente al 28% del sector tecnológico.

A nivel personal, es solamente del 2% de mujeres que mandan en el sector tecnológico. Retiene un 18% de las acciones de la compañía (igual que su marido) y su fortuna personal está valorada en 6.500 millones de dólares. En cualquier caso, afirma ue es simplemente "portadora circunstancial" de una cantidad ingente de dinero que no le pertenece. Por ello, la pareja forma parte de Giving Pledge, la iniciativa de Warren Buffet y los Gates para que los multimillonarios donen la mayor parte de su patrimonio a causas filantrópicas. Y todo lo cambió el kitesurf.