De vez en cuando, se agradece ir más allá de la acción pura y dura y conocer más de deportes como el skate. En este sentido, se agradece la sinceridad de riders como Ryan Sheckler, que fue a una entrevista con Graham Bensinger para hablar de lo que sería su carrera pero no a nivel deportivo, sino monetario, económico.

La primera gran confesión de Sheckler es que a los 14-15 años sus ingresos anuales ya eran de seis cifras (más de 100.000 dólares). Unas ganancias que le dieron “un billete de libertad” para él: “Si quería invitar a mi familia a cenar fuera podía, o como me sentía mal por estar de viaje sin mi hermano… pues lo arreglaba con regalos. La verdad es que es algo que molaba, pero creo que el dinero no me atrapó hasta los 18 años; no le daba importancia hasta que pude comprarme una casa o un Ferrari”.

A pesar de su poder adquisitivo, Sheckler analiza con distancia y con el paso del tiempo lo que hizo y asegura que “pensaba que comprar todo esto me daría la felicidad y, aunque lo hicieron un poco, me sentía vacío. Gasté más de un millón de dólares en alcohol premium, VIPS, suites, jets privados…”. En este sentido afirma que “preferiría haber ahorrado ese millón y ahora tendría casas o cosas que me estarían dando beneficio o bien podría ponerlos en una fundación para ayudar a gente, en lugar de haberlos quemado”. De todos modos, también concluye que “no cambiaría nada de mi vida porque todo o que he hecho es lo que me ha llevado hasta hoy en día, cuando creo que tengo claro lo que quiero y estoy motivado”.

Es más, el skater asegura que no lo quemaba como parecía en los medios: “Si quería un coche o un reloj me ponía un objetivo de ganar un evento o un circuito, no es que me levantara una mañana y me fuera a comprar un coche de 70.000 dólares, que es lo que parecía en TV. Todo estaba planificado”.

Otra pregunta interesante es la que le hacen sobre su manager, Steve Astafin. Además de revelar que es como familia para él, explica lo que le dijo cuando le fichó, en la primera reunión: “Si me prometes 10 años de trabajo duro te haré millonario y no tendrás que trabajar más. Se lo prometí, de los 13 a los 23 trabajé más que nunca y aquí estoy”.

En la parte final de la entrevista, Bensinger repasa las aventuras empresariales de Sheckler: su marca Sandlot Times (y su origen en la película The Sandlot), su skatepark, el Palms Springs Wave Company, las tiendas de tatuajes…