Paige Mycoskie es la fundadora y propietaria al 100% de Aviator Nation, una marca que facturaba 70 millones en 2020, 110 millones en 2021 y que espera duplicar esa cifra en 2023. Sus márgenes de beneficio superan el 70%, el año pasado se pagó un dividendo de casi 50 millones de dólares y FORBES tasa el valor de su empresa en 350 (ella dice que el doble). Es, sin duda, una de las mujeres más ricas de América. Y amante del surf y el snowboard, por ello entre las 9 propiedades que ya tiene está una junto a un lago en Austin (wakesurf), otras en las playas de Malibú y Venice Beach (surf) y un chalet en Aspen (snowboard). El sueño de cualquier amante de los deportes de acción.

Su perfil lo publica precisamente la revista FORBES, que detalla exactamente toda la carrera profesional de Mycoskie y cómo ha conseguido su fortuna. Entre otras cosas, relata que descubrió su pasión por el comercio minorista trabajando en una tienda de surf en venice Beach, al tiempo que empezó a coser diseños suyos a camisetas de segunda mano con una técnica que es la que la haría famosa con Aviator Nation. Vestía con sus prendas y la gente le preguntaba dónde las había comprado. En 2006 pagó 500 dólares por un puesto en una feria callejera de Venice Beach. Ganó 8.000 euros. Dejó el trabajo en la tienda de surf.

Entre otras grandes maniobras que relata la revista -además de problemas legales con Adidas o con grupos indígenas- destaca lo que hizo cuando empezó la pandemia. Acababa de duplicar sus tiendas (de 6 a 12) y tenía 300 empleados. Puso todo lo que tenía en la web con una rebaja del 20% y explicó que los ingresos irían destinados a mantener los empleados. El día anterior a la oferta vendió 30.000 dólares y, al siguiente, 1,4 millones.

El caso es que en todo este contexto, siempre ha intentado compaginar el surf con el trabajo, pero también el wakesurf y el snowboard. Aunque siempre ha puesto el foco en el surfing. “Estar en el agua es muy importante para mí, soy Piscis”, dice en la revista, donde también explican que en la oficina la rodean unas cuantas tablas de surf y esquís acuáticos. Por cierto: todo ello lo descubrió a los 22 años cuando llegó a California, porque ella es de Texas: “Nunca olvidaré cuando fui a la playa y vi a la gente patinando y haciendo surf: tuve claro que ese era mi sueño”. Y poco imaginaba que su sueño la convertiría en una de las mujeres más ricas de los Estados Unidos.