Antes de que empezara el confinamiento, Antonio Navas llamó a Albert Llovera para proponerle un nuevo reto: realizar un backflip en moto (en tándem). El piloto andorrano de rallyes no lo dudó ni un segundo y aceptó. Pero entonces llegó el coronavirus.

Tras varios meses encerrados en casa, los deportes de acción han ido recuperando una cierta 'normalidad' y se han retomado proyectos como el de Llovera con Lleides. Un reto más de mototerapia, algo que llevan a cabo desde este colectivo de Lleida y que merece todo el respeto del mundo.

En esta ocasión se trata de un backflip con alguien que no tiene sensibilidad de las vértebras dorsales -se las rompió con 18 años- para abajo. Con las dificultades que conlleva hacer el trabajo únicamente con los brazos pero con su habitual humor y buen rollo (nunca pierde la sonrisa), graban todo el proceso del backflip en la piscina de espuma.

"Te lo recomiendo una vez no, dos veces. La primera lo sientes... la segunda lo disfrutas", dice Alberto Llovera al acabar la experiencia con éxito. Entrañable el piloto andorrano, demostrando una vez más que como bien dijo en su libro... "las ganas de vivir y los sueños van muy por delante de las limitaciones".